Se esperaba una pregunta sobre su hipotético papel de delfín de Zapatero de cara a las próximas elecciones generales y, sin despejar las dudas, señaló que ni La Moncloa era el lugar para esa cuestión, ni ése era el momento de responderla. "El lugar es la sede del PSOE y el momento, cuando el presidente del Gobierno quiera", agregó. Según explicó, la reunión del Consejo tuvo como eje el informe que presentó Zapatero sobre la situación política del país. Superadas las incertidumbres financieras y presupuestarias y garantizada la estabilidad política hasta el final de la legislatura, el objetivo "fundamental" es la recuperación de la economía y del empleo, para lo que la acción de Gobierno se basará en tres principios: austeridad, reformas y cohesión social.
INicios de recuperación. Para ello, Zapatero pidió a los ministros que no se limiten a explicar a la ciudadanía los proyectos de su departamento, sino que trasladen también la acción del Gobierno en su conjunto. Según Rubalcaba, un Gobierno no puede pedir un cheque en blanco a los ciudadanos o pretender que aplaudan todas sus medidas, pero tampoco puede renunciar a explicar lo que hace para que la sociedad lo entienda. En este contexto, reconoció que hay reformas estructurales "difíciles", como la reforma laboral, que no pueden tener éxito sin la colaboración de sindicatos y trabajadores. "Estamos iniciando la recuperación, pero no quiere decir que quede poco ni que lo que queda sea fácil; quedan momentos duros y difíciles, pero este Gobierno tiene confianza en que va a salir adelante", manifestó.
Respondió además a las críticas a la remodelación por parte del líder del PP, Mariano Rajoy, quien el jueves señaló que "cambiar a los marineros sirve de poco" porque lo que importa es "el capitán". "Es cierto que sí se puede pensar que España es un barco y que estamos en una tempestad, es verdad que no estamos solos; y es cierto que hay un patrón, una tripulación, un rumbo y abajo, en los camarotes, hay un conjunto de señores que están disfrutando de la travesía y tumbados en la cama. Los de arriba somos los del Gobierno, los de abajo son los del PP", respondió. También bromeó con el análisis favorable al nuevo Gabinete que hizo la secretaria general del PP en una conversación captada por una cámara de televisión: "Por primera vez estoy de acuerdo con la señora Cospedal".
Junto al objetivo de mejorar la comunicación con "un Gobierno que cuenta con un presidente y 15 portavoces", Rubalcaba aseguró que se impulsará la coordinación y él hará el seguimiento de los pactos con el PNV y CC, aunque no sin la colaboración de los otros dos vicepresidentes. El nuevo ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, será un "portavoz cualificado" del Gobierno, aunque al describir esta función Rubalcaba tuvo un lapsus y lo llamó portavoz del partido.
También tuvo que aclarar que su error el jueves en Zarzuela al no prometer guardar el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros, fue un olvido y no un "lapsus freudiano". Se dio cuenta casi de forma inmediata de su fallo y pensó "¡la que se va a liar!", pero ayer garantizó que mantendrá el secreto.
Pero estos cambios en el Gobierno han caído de forma desigual en el seno del PSOE. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, afirmó que hay "muchas" cosas que le gustan y "algunas" que le gustan "menos" y que lo dirá hoy en el lugar "donde hay que hacerlo", el Comité Federal del PSOE. En cualquier caso, según dijo, lo que está claro es que Zapatero "no había entregado la cuchara como algunos pensaban".