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El nuevo mapa escolar 'vacía' los colegios de los barrios deprimidos

Educación estima que 9 de cada 10 niños entrará en el colegio que ha elegido, y la mayoría eligió el centro de su barrio más próximo. Pero el nuevo mapa escolar ha permitido que cualquier familia matricule a su hijo en cualquier colegio de su distrito, esté cerca o lejos, y muchos padres de barrios deprimidos han aprovechado para sacar a sus hijos de ese ambiente.

el 16 sep 2009 / 01:37 h.

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Educación estima que 9 de cada 10 niños entrará en el colegio que ha elegido, y la mayoría eligió el centro de su barrio más próximo. Pero el nuevo mapa escolar ha permitido que cualquier familia matricule a su hijo en cualquier colegio de su distrito, esté cerca o lejos, y muchos padres de barrios deprimidos han aprovechado para sacar a sus hijos de ese ambiente.

Los colegios Paulo Orosio, en Rochelambert, Victoria Díez, en Los Pajaritos y La Candelaria, en el barrio del mismo nombre, han cerrado las listas de escolarización con sólo tres, nueve y diez solicitudes respectivamente. Todos se han quedado con un excedente de plazas vacantes en Infantil, aulas enteras vacías y maestros de más. A pocos metros de estas tres escuelas, pero ya en otros barrios, hay colegios públicos donde la demanda de plazas ha sobrepasado con creces la oferta. Así ha ocurrido en el Juan XXIII, donde se han quedado fuera 40 niños, o en el Jorge Juan, de Santa Aurelia (46 en lista de espera) o en el Pablo VI (12).

Todos comparten el mismo distrito escolar (Candelaria-Rochelambert-Palmete-Cerro-Su Eminencia) donde hay 18 colegios en total, pero unos están viendo cómo, cada año, se les va desplomando la matriculación de alumnos, mientras las escuelas vecinas se desbordan. Algo parecido, pero a menor nivel, ha sucedido entre los colegios del Polígono Norte y Macarena, o entre los del núcleo duro del Polígono Sur y La Oliva.

Se da la circunstancia que el Paulo Orosio, el Victoria Díez o La Candelaria son centros escolares que desarrollan un abanico de proyectos de innovación educativa, que están a la vanguardia en cuanto a integración de estudiantes inmigrantes y alumnos con necesidades educativas especiales y donde la implicación del profesorado excede con mucho la jornada lectiva. En eso no se diferencian de los colegios vecinos que les han escamoteado alumnado.

El problema, según los profesores de estas escuelas, no es que las familias quieran cambiar de colegio porque no les gusten los maestros. La realidad es que muchas han aprovechado la oportunidad para sacar a sus hijos del ambiente opresivo que se vive en sus barrios y los han matriculado en los que están al lado, zonas de clase media o media baja, barrios obreros no muy distintos a los suyos, pero con un ambiente sociocultural menos hostil. "A lo mejor no tienen dinero para comprarse una casa fuera de Los Pajaritos, pero se levantan todos los días una hora antes para llevar a su hijo a un colegio de Amate", dice Francisco Muñiz, director del Jorge Juan. Al final Educación tendrá que habilitar dos unidades más para dar cabida a todas las solicitudes que hay en el distrito -700 plazas para 728 peticiones-, y a medida que avance el curso, los colegios donde no se han matriculado muchos se irán llenando. "El 70% de las familias que traen a sus hijos al Paulo Orosio no entienden de plazos ni de procedimientos administrativos. De 126 niños, más de 100 son inmigrantes, de etnia gitana o chicos con problemas especiales de aprendizaje. El año pasado también tuve pocas matrículas, pero ahora tengo el aula de Infantil llena", dice la directora, María Eugenia Sánchez.

El nuevo mapa escolar, con zonas más amplias y sin la subdivisión interna que existía antes, ha permitido que una familia escolarice a su hijo en cualquier colegio de su distrito, esté cerca o lejos. Al pasar el criterio de la cercanía al segundo plano, algunos padres han valorado más la calidad de otra escuela o otro barrio.

Educación estima que más del 90% logrará entrar en el colegio que ha elegido, porque todas las zonas tienen un equilibrio "aceptable" entre oferta y demanda. Excepto tres: las de Nervión y Heliópolis, que concentran mucha demanda en unos pocos colegios católicos, y la de Puerta Osario, que ha sorprendido a la delegación porque la concertación de dos unidades en Las Irlandesas y una en el Felipe Benito ha provocado el efecto llamada en el distrito, con 110 solicitudes más que en 2008. Las reclamaciones se van a dar sobre todo en Nervión y Heliópolis, donde ya se han organizado las familias para reclamar que suban la ratio para que entren más niños por aula, algo que incumple la normativa, pero a lo que la Junta termina cediendo. En el Centro, en cambio, donde históricamente la demanda supera de largo la oferta, las solicitudes han caído por primera vez en 10 años: 76 menos que el curso pasado.

En total, Sevilla ofertaba 2.000 plazas más que el año pasado, pero en la capital ha habido un incremento de 157 solicitudes respecto al curso pasado, y en la provincia el aumento ha sido mayor debido al repunte de la natalidad y a las familias jóvenes que hace pocos años empezaron a mudarse al área metropolitana: 693 solicitudes más que en 2008. Las listas provisionales saldrán el 7 de mayo.

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