El baby boom de los últimos años en el área metropolitana se desinfla o, al menos, sí que está perdiendo fuerza en las ciudades que soportan el peso poblacional del territorio. Tras vivir los dos años con más nacimientos de la última década (2008 y 2009), el primer semestre de 2010 arroja los peores en el último lustro, si se suman los datos de los municipios con más de 50.000 habitantes (Sevilla, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra y Utrera).
En los primeros seis meses del año pasado nacieron 5.130 bebés, un 12% menos que el mismo semestre de 2008, cuando se alcanzó la cifra tope sumando los cuatro municipios. La caída más acusada fue en Utrera: pasó de tener 306 nacimientos de enero a junio de 2009 a tan sólo 150 en ese mismo periodo de 2010, es decir, la mitad. Esa cifra es tan corta que está por debajo incluso del número de defunciones de la ciudad (152). No pasa lo mismo con las otras tres ciudades que, al menos, sí salvan el crecimiento, ya que sus nacimientos siguen, por ahora, por encima de sus fallecimientos. Incluso en Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra la diferencia llega a duplicarse.
En cualquier caso, el freno a este baby boom lo protagoniza la capital hispalense, que registra la peor cifra de nacimientos en un primer semestre desde 2001. Hace 10 años dieron a luz 3.567 bebés las empadronadas en Sevilla, sólo 90 menos que los registrados nueve años después. El peso de Sevilla en la natalidad se denota en que, a pesar de las bajas cifras, acapara el 35% de los nuevos bebés de la provincia en los seis primeros meses.
Todos estos datos sólo vienen a dar continuidad al cambio de tendencia que se está dando en todo el país, donde el número de nacimientos bajó un 3,2% tras un periodo de subidas de 10 años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) considera que este descenso es fruto del efecto combinado de una menor fecundidad y de una reducción del número de mujeres en edad fértil por el envejecimiento de la población.
¿Y por qué se producen menos nacimientos ahora? Los expertos en demografía apuntan a que la crisis puede tener su influencia. Los jóvenes, que son los que sostienen la natalidad, tienen cada vez más dificultades a la hora de encontrar su primer empleo y, por tanto, postergan la búsqueda de su primer hijo o, en caso de tenerlo ya, se piensan un poco más si quieren tener el segundo e incluso si se aventuran a ser familia numerosa.
Sin embargo, a pesar de las cifras, el INE debe cribar los datos y revelar si esta tendencia va a influir de alguna manera en la comarca que más empuje ofrece desde hace años a los nacimientos del área metropolitana: el Aljarafe. El boom inmobiliario de la última década hizo que alojara a numerosos jóvenes que forman su primera unidad familiar. Y, debido a eso, municipios como Umbrete, Palomares del Río, Bollullos de la Mitación, Albaida del Aljarafe, Bormujos o Espartinas tuvieron una tasa de natalidad superior a la de varios países de América del Sur. El dilema es si han podido seguir este ritmo a lo largo del pasado año.
