El obispo electo de Córdoba, Demetrio Fernández, tomó ayer posesión del cargo en un acto litúrgico en el que aludió a la Ley del Aborto para defender que "la vida es un don de Dios y nadie puede suprimirla directamente, y menos aún en el seno materno, por ningún motivo".
En su homilía, Fernández hizo referencia a la recién aprobada Ley de Muerte Digna en Andalucía para asegurar que "en la etapa terminal, la vida y la muerte es digna si se respeta y se mima a la persona hasta su último suspiro", y defendió referirse a ambas normas porque "no podemos callar sobre estos temas tan delicados y que afectan al bien del hombre". Añadió que "la Iglesia no impone a nadie su forma de pensar, la fe no se impone, sino que se propone" y que "la Iglesia sabe convivir en medio de una sociedad plural, respetando a todos sus ciudadanos, porque es experta en humanidad".
Por otra parte, hizo referencia al uso compartido de la Mezquita-Catedral que reclama la comunidad islámica para advertir que ni una ni otra religión lo consienten.