El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha pedido este martes que "Dios y los tribunales juzguen a quien ha sido autor del crimen" de Ruth y José, supuestamente asesinados el 8 de octubre de 2011 por su padre, José Bretón, para el que, en palabras del obispo, "no albergamos ningún sentimiento de odio, ni de venganza", sino que "una persona que actúa así es digna de compasión, porque ha perdido lo más elemental de su propia dignidad", tras un final que califica de "horror".
En su homilía en la Misa de Angelis, en memoria de los niños Ruth y José, el obispo, ante la presencia de la madre y de miles de personas mayores y menores de edad,realizó ua polémica mención al aborto. En concreto, se preguntó: "¿No podrán alcanzarnos estos niños que se reduzca el número de abortos que diariamente se producen en nuestro entorno?", algo que le pidió a Dios, de manera que "el seno materno, el lugar más seguro y más cálido para el ser humano, no sea nunca más un lugar de amenaza para el ser humano naciente, ya desde su concepción, incluso antes de su anidación en el útero materno". Y añade que "no vale invocar el derecho de la madre para matar a su hijo. "¡Ningún padre, ninguna madre tiene derecho a matar a su hijo! Que Ruth y José nos lo hagan entender a todos".
Cuestionado hoy cuestionado por la homilía en la que aludió al aborto, el obispo consideró apropiado que hablara de ello, pues, "es un tema en el que hablé de los niños que son obligados a ir a la guerra; que tienen que sufrir el exilio; de los niños que son abusados por los mayores, y también de los niños que son abortados en el seno de su madre", que, como recuerda, "son miles de nuestro entorno".Por tanto, "callar eso me parecería un silencio culpable por mi parte", como apostilla Demetrio Fernández, quien defiende que hizo "un abanico" en su homilía.
En concreto, en la homilía deseó que Ruth y José "intercedan ante Dios para que ningún niño del mundo sufra como ellos", de modo que "ningún niño tenga que empuñar las armas para ir a la guerra o sufra los horrores del exilio, que ningún niño muera de hambre o porque no tiene acceso a una sanidad elemental, que ningún niño sea explotado por el abuso de los mayores". Y aseveró que la sociedad se ha acostumbrado a "las noticias de crueldad con los niños", y hechos como el caso de Ruth y José "hacen despertar el sentido de solidaridad y de humanidad".