Los bolsillos de las familias hispalenses no pasan por su mejor momento, y eso se reflejará en el colorido del Real de la Feria. Quizá haya los mismos lunares, volantes y tiras bordadas que otros años, pero muchas tendrán que repetir vestuario de otras ediciones. Y es que las sevillanas han tenido que apretarse el cinturón de cara a las fiestas de la primavera y esto se traduce en una caída de las ventas de los trajes de flamenca. Ello a pesar de que el sector ha vivido unos últimos años de gran auge, al que se han incorporado nuevas firmas. No obstante, algunos diseñadores aseguran que no lo han notado.
"Por supuesto, la ralentización en el crecimiento económico que sufrimos nos afecta. Nuestros productos son técnicamente bienes de lujo, y estos tipos de artículos sufren de forma más que proporcional cualquier decrecimiento en el nivel de renta", asegura el gerente de Trajes Molina, José Antonio Molina. Su negocio va dirigido al gran público, con precios asequibles, donde se encuentra una gama media que va de los 99 euros a los 120 euros y, la alta, de los 250 a los 300 euros.
"Sorprendentemente se nota más en los de gama media que en los de alta", subraya. Pero apunta a otro problema al que achacar la caída de la venta de trajes de flamenca: el adelanto de la Feria de Abril con respecto a otros años. "A la desaceleración económica hay que unir el recorte en fechas de la campaña, que la premura de la Semana Santa traslada a la Feria de Abril de Sevilla. Llevamos años solicitando al ayuntamiento que desligue las dos fechas de la Feria de las de Semana Santa, porque la óptima para la Feria sería la última semana de Abril y los primeros días de Mayo", asegura.
Otra de las firmas que sacan más producción al mercado es Roney y coincide con su competidor en que lo que realmente se ha notado es la premura de la fecha. "La gente no cambia el chip y no se acuerda de la Feria hasta febrero, por lo que este año se le ha echado encima", señala Juan Carlos Romero, apoderado de la firma hispalense. Aunque hasta ahora no ha notado la desaceleración en el negocio, no descarta que suceda de cara a otras ferias andaluzas o, incluso, El Rocío. "Lo que sí se nota es que la gente no viene a recoger los trajes hasta que no cobra", añade.
Diseños exclusivos. Entre los diseñadores que desfilan en la Semana Internacional de la Moda Flameca (Simof), división de opiniones. Ángeles Verano, que cuenta con una producción muy reducida, asegura que está notando en su negocio la menor capacidad de los bolsillos de los españoles. "Este sector está pisando fuerte en los últimos años, pero este último no está siendo igual", asegura Ángeles Verano, que apunta que ha notado un descenso en la producción del 50%. "La que antes se hacía dos ahora sólo se compra uno o lo deja para el año que viene", precisa.
Verano cuenta con un taller artesanal, donde se hacen los trajes "por encargo y a medida" y donde los precios parten de los 900 euros.
No es la misma sensación la que vive Aurora Gaviño, que tiene dos tiendas en la capital hispalense. "Tengo más pedidos y estoy vendiendo más que nunca", destaca y señala a la "especialización" como la gran aliada del sector de la moda flamenca. "Incluso he notado que la gente se hace trajes más elaborados y más caprichosos que nunca, así que el tema económico no nos afecta para nada", sentencia. La variedad de clientes y, sobre todo, de su poder adquisitivo, explica la tendencia irregular.
