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"El odio es la verdadera ocupación"

La organización Círculo de Padres demuestra que es posible la convivencia en Oriente Próximo.

el 24 oct 2009 / 19:33 h.

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Ali Abu Awwad (izquierda) y Robi Damelin.

Ali y Robin son únicamente dos de los miles de personas que han sufrido en primera persona el conflicto en Oriente Próximo. Él es palestino y ella, israelí. Él fue prisionero, al igual que su madre y su hermano, y estuvo entrenándose para combatir frente a a Israel. Ella perdió a un hijo a manos palestinas. Muchos en la misma situación no podrían mirarse a la cara sin unos rencores y odios que mayoritariamente han sido heredados e inculcados. Ellos lo han vivido y han decidido todo lo contrario: trabajar para conseguir la paz en Oriente Próximo a través del Círculo de Padres , una organización completamente apolítica que desde 1995 aglutina a familiares de víctimas del conflicto de las dos partes.

Los dos reconocen que las declaraciones de este reportaje las realizan "desde el corazón". Quieren abrir el alma y poner cara al sufrimiento, una de las claves para conseguir la paz. Si el mundo, y las personas que dirigen el mundo no son capaces de mirar el dolor cara a cara y ver cómo es el rostro del miedo y el sufrimiento "nunca podrán encontrar una solución". Para ellos, el fin de las hostilidades pasa por humanizar el conflicto y conseguir que los políticos tomen el pulso directo a los miles de personas afectadas.

Entonces, podrían acudir a las reuniones, como grandes mandatarios del mundo, con la conciencia clara de qué y cómo tienen que actuar. "Ahora mismo, el pueblo no se siente representado en las reuniones entre políticos", aseguraron los dos. Las armas no son el único elemento que impide la vida ordinaria en Oriente Próximo. Hay dos más. Son difíciles de ver aunque fáciles de percibir. Se llaman miedo y odio. Robin sufre el segundo. Su día a día en Tel-Aviv lo pasa con pavor.

"El miedo es constante", asegura. No soportaría sufrir más, ni ver más dolor a su alrededor y, por supuesto, perder a otro ser tan querido como lo era su hijo. Tampoco alcanza a comprender cómo cientos de adolescentes israelíes aspiran a formar parte del todopoderoso Ejército sin haber visto jamás a un palestino frente a frente. "Es una cuestión de honor y de apoyo a la nación".

Ali, por su parte, lamenta que el odio se haya ocupado de miles de almas palestinas e impida a su pueblo actuar en numerosas ocasiones desde la cordura y la racionalidad. Le duelen los ojos y el alma de ver las barbaridades que se cometen en los territorios ocupados, donde desgraciadamente es habitual "ver a mujeres embarazadas que mueren en los puntos de control".

Esa ocupación, tan privativa de derechos humanos y tan inhumana, causa de muchos horrores, está quizás un escalón por debajo del lugar que ocupa el odio en el interior de miles de palestinos. El sufrimiento provocado por Israel los ha cegado y les obliga a actuar desde la sinrazón. A pesar de ellos, Abu Awwad defendió que su pueblo "tiene derecho a existir y seguir con su vida".

El turno de españa. Los dos han estado esta semana en Sevilla para participar en la Coalición de Madrid, un grupo de organizaciones de la sociedad civil israelí y palestina que trabaja para encontrar una solución al conflicto. Durante las ponencias que se han desarrollado, una gran parte de los asistentes ha puesto sus miras en la próxima presidencia española de la Unión Europea, de la que todos esperan que dé un fuerte impulso al esfuerzo de paz.

Es más, según precisó Damelin, un papel importante lo ha de jugar el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dado que es "un gran conocedor de la zona y sabe perfectamente que la paz no se conseguirá únicamente apoyando al pueblo palestino. Es más, nos da mucha confianza que España ahora esté alineada al nuevo Gobierno de EEUU".

En este último país y su presidente, Barack Obama, al que definen como "el hombre más carismático del mundo", también son muchas las esperanzas que tienen puestas, fundamentalmente porque "Obama sí sabe respetar otras culturas del mundo", aunque son conscientes de que apenas lleva nueve meses en la Casa Blanca y que aún tiene mucho trabajo por delante. Aún así, le piden un par de cosas: que el trabajo en busca de la paz definitiva se haga "desde el lado práctico", y fundamentalmente, que se haga lo más rápido posible. "¿Para qué esperar a que haya más sangre".

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