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El olmo continúa sin dar peras

Las acusaciones de Del Nido a sus jugadores han hecho mella en la afición. Se marchó Rakitic con pitada y le siguió Reyes minutos después con semejante reacción. 

el 17 mar 2012 / 22:36 h.

Navarro trata de escapar de la presión de Alves.

No hace demasiados años, para cualquier aspirante a todo la visita al Sánchez Pizjuán era una piedra en el zapato. Uno de esos escollos que había que librar para irse a por todo o un lugar en el que dar un paso atrás importantísimo en las luchas por los laureles más relevantes. Barça y Madrid casi siempre, y a veces Deportivo, Atlético de Madrid o Valencia, solían valorar como todo un éxito puntuar en Nervión. 

Pero todo ha cambiado. Los merengues, que tantas veces se volvieron a la capital con las orejas tiesas, llevan dos goleadas seguidas, y a los azulgrana cada vez les cuesta menos llevarse los tres puntos a casa. Para esto hay dos explicaciones y las dos son válidas. Habrá quien siga la teoría de Del Nido de la Liga bipolar y la imposibilidad de competir contra los dos gigantes, pero también están los que aseguran que es una muestra más del paulatino empobrecimiento del Sevilla.

Los dos llevan razón y para apoyar unas teorías que podrían estar enfrentadas basta con echar un vistazo a los dos onces que ayer salieron al césped. En los visitantes jugaba el posible mejor futbolista español de la historia, un tal Xavi que marcó; también el posible mejor futbolista de la historia del balompié, un tal Messi que también goleó; pero lo más relevante es que uno de los mejores de la historia del Sevilla es sólo una pieza más del perfecto engranaje culé.

En los locales, sin embargo, hay poco que rascar. Es vox populi que los zurdos no rinden igual en el lugar de los diestros y Luna no fue la excepción. Arriba Míchel alineó a dos delanteros, pero dejó como referente al que es menos ariete de los dos. Manu del Moral nunca jugó en punta cuando el técnico madrileño dirigía al Getafe. En el Sevilla ya van dos veces, y ambas dejan la sensación de que el jiennense no es capaz de asumir la responsabilidad de hacer goles.

Las acusaciones de Del Nido a sus jugadores han hecho mella en la afición. Se marchó Rakitic con pitada y le siguió Reyes minutos después con semejante reacción. Dos de los que parecen haber sido señalados. El tercer cambio fue Emir Spahic. El bosnio jugó tocado y recayó. Esa fue la confirmación definitiva de que Míchel no decidió bien.

Antes, el propio Spahic ya había ayudado con su enésima pérdida infame, la falta que propició el primer gol y el verse retratado ante un Messi que le añadió a su lista de víctimas en el segundo. No hay que pedirle peras al olmo.

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