Economía

El orden criminal del mundo

Un documental de TVE mostraba en 2006 el poder financiero y de los financieros. Hoy tan actual como entonces”.

el 09 ene 2012 / 22:18 h.

En medio de tanta crisis económica y desempleo, cuesta muchísimo trabajo, y hasta pereza, pararse a pensar. Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos, reflexiones harto peligrosas, podrían incluso conducirnos al suicidio, tentación que sufrió el pintor francés Paul Gauguin tras terminar su famoso cuadro. El miedo, sobre todo al paro, nos atenaza en exceso, nos bloquea, somos el pesimismo personalizado, nos dejamos arrastrar. Creo, pues, llegado el momento propicio para una pausa, hagámosla.
Soy poco proclive a las teorías de las conspiraciones y a la idea de cuatro señores, por llamarlos así, freno los insultos que pujan por salir de la boca a borbotones, controlando el mundo de la economía y de las finanzas, pero me temo que es así, y lo es desde el instante en que las finanzas controlaron, y se adueñaron, de la propia economía. Nada impide que una máquina de algoritmos matemáticos haga malabares especulativos contra los Estados, aunque lo peor de todo es, sin duda alguna, que esos mismos Estados, apelando a la dictatorial libertad de mercado y, por tanto, a la dictatorial libre circulación del dinero, siguen sin poner coto a maniobras tan socialmente delictivas, mas no punibles.
Los paradigmas de la libertad, EEUU y el Reino Unido, se oponen incluso a gravar, a través de la denominada tasa Tobin, las transacciones financieras internacionales consideradas más abusivas, ésas concebidas para el cortísimo plazo, el lucro en estado superlativo, ahora te compro y ya te tengo vendido. Curioso que lo hagan precisamente los dos países que acogen en sus territorios las sedes de los mayores fondos y bancos de inversión –que conste, la inversión puede ser buena y mala, yo me refiero sólo a la mala, a la dañina– y de las agencias de calificación de la deuda pública y privada, cuyos accionistas, qué casualidad, son aquéllos, intereses cruzados, no me lo nieguen, aquí hay gato encerrado, confabulaciones, conspiraciones.
A los países con problemas, entre ellos España, les han imbuido la férrea doctrina de que sólo recortando y recortando será posible que levanten cabeza. En cierta medida es verdad, lógica la secuencia: menos gastos y más ingresos reducen el déficit y, por tanto, la deuda, de ahí que las necesidades de financiación bajen y, con ella, la dependencia actual de los especuladores. Y aquí vemos con suma claridad cómo la economía queda subyugada por las finanzas, un vasallaje cuya mayor opresión la sufren, por largo tiempo, los ciudadanos.
Me explico. Pienso en los ajustes presupuestarios emprendidos ya por el Gobierno de Mariano Rajoy. Recorte de gastos, que en parte afectan a los ciudadanos –bienvenidos sean, en cambio, los que menguan la estructura y organigrama de las administraciones públicas– y subida de impuestos, que afectan también a los ciudadanos, y todo condicionado a la rebaja de los números rojos en las cuentas del conjunto del Estado. Sin embargo, salvo matices de escasa importancia, ¿dónde están las grandes políticas de empuje a la actividad productiva, a la economía real, para que crezca y regrese cuanto antes la creación de puestos de trabajo? No las veo por ningún lado, a menos que considere el Ejecutivo del PP que la inminente reforma laboral será la panacea de todo. Y un pequeño inciso. No me refiero a las políticas sociales, de las que alardea por estas tierras José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, frente a la tijera central, sino, insisto, a las que hacen economía.   
Se me podrá alegar, no sin razón, que, una vez que se relaje la presión sobre la deuda pública cuando sea menor la que tengamos que pagar, el crédito fluirá hacia empresas y familias, impulsando la actividad productiva, la economía en general y, por fin, el empleo. Si es así, estaríamos reconociendo que, en la actualidad, el dinero bancario se destina prioritariamente en España a cubrir las emisiones del Estado y, por tanto, las administraciones son las que están impidiendo nuestra recuperación. En todo caso, se confirma mi argumento de que primero las finanzas y veremos después qué pasa con la economía y el empleo, es decir, con los ciudadanos.

En 2006, el programa En Portada de TVE emitía el documental El orden criminal del mundo. Sencillamente, magnífico. En él, varios intelectuales hablaban sobre quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos, preguntas circunscritas al ámbito de la economía, la sociedad, la pobreza y la riqueza. Ni siquiera se barruntaba entonces la crisis internacional, desencadenada en el negocio financiero con las hipotecas basura o subprime, pero advertía ya entonces, cual amenaza que se cierne, sobre los hilos que manejaban nuestros destinos y el excesivo poder financiero y de los financieros. Son algo más 43 minutos. Aquí está el enlace: http://ow.ly/8mIHV. Lo recomiendo para incitar a la reflexión. Concedámonos esta pausa.  

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