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El pacto de Santa Catalina

Como los tres mosqueteros. Así aparecieron en el Salón Santo Tomás del Ayuntamiento el cardenal, el alcalde y el delegado provincial de Cultura para responder, esta vez sí, al SOS lanzado desde la calle Alhóndiga. Santa Catalina agoniza públicamente desde hace cinco años. Ayer jueves se le puso remedio: una inyección de 1,10 millones de euros. Foto: Juan Carlos Cazalla.

el 15 sep 2009 / 19:45 h.

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Como los tres mosqueteros. Así aparecieron en el Salón Santo Tomás del Ayuntamiento el cardenal, el alcalde y el delegado provincial de Cultura para responder, esta vez sí, al SOS lanzado desde la calle Alhóndiga. Santa Catalina agoniza públicamente desde hace cinco años. Ayer jueves se le puso remedio: una inyección de 1,10 millones de euros.

Todos a una: Santa Catalina. Bueno, falta el Ministerio de Cultura, pero es cierto que hace unos años llegaron desde Madrid unos 200.000 euros sin los cuales no se habría podido colocar la prótesis en forma de techumbre provisional que tanto le ha permitido aguantar al templo mudéjar sin sufrir ningún susto irreversible. Esto no significa que el Estado esté exento de apencar, pero viene a mitigar las críticas de quienes siguen esperando que el ministerio se retrate para avanzar.

Por suerte, no ha habido que esperar al ministro César Antonio Molina para la foto. Ayer en el Salón Santo Tomás -el del dedo en la llaga, buena metáfora, como hiló el alcalde, porque hay quien no se creía que vería a tres mecenas unidos por Santa Catalina- estaban los de siempre: no el séptimo, sino el tercio de caballería, el que siempre aparece cuando a las piedras centenarias les brotan los achaques, léase la Junta, el Ayuntamiento y la Iglesia.

Y con los impuestos de todos, no se olvide, revoloteando en el ambiente. Ese tercio de caballería se sentó y estampó su firma para dar validez a un convenio que ha dado tumbos de despacho en despacho hasta que ayer, con más demora de la debida -pero tampoco es cuestión de ser pejiguera- vio la luz. Santa Catalina ya tiene un convenio que la proteja, al menos en lo concerniente a sus cubiertas.

En este caso se hará bueno el dicho de empezar la casa por el tejado, pues es aquí, en la techumbre, donde radica el principal talón de Aquiles de un templo declarado Monumento Nacional en 1912 no por antojo, sino porque tiene argumentos histórico-artísticos de tanto peso que era inadmisible dejarlo a la buena de Dios.

A eso han sido sensibles los que tienen las llaves de las inversiones, sobre todo el Ayuntamiento y la Junta, que a través de la Gerencia de Urbanismo (705.000 euros) y la Consejería de Cultura (403.650), respectivamente, asumen por el referido convenio el compromiso de aportar 1,10 millones de euros para rehabilitar las vencidas, carcomidas y abiertas cubiertas del templo.

Albañiles en primavera. Como ya avanzó este periódico, la Iglesia queda exenta en esta primera fase de poner dinero. Pero sobre ella recae la gestión de las obras, sobre todo por operatividad, ya que no está obligada a sacar concurso público, sino que puede asignar directamente el trabajo a la empresa -eso sí, solvente- que le plazca. Eso permitirá ahorrar tiempo y, como se estima, que los obreros empiecen a rehabilitar las cubiertas en primavera. Tras ocho meses de faena, Santa Catalina reestrenará -se aprovechará todo el material que se pueda- coraza.

En paralelo, según recoge el convenio, el arquitecto de cabecera de la iglesia, Francisco Granero, redactará el plan de restauración integral, el otro toro por lidiar. Porque para llevarlo a la práctica (y éste costará unos cuatro millones), el tercio de caballería -ojalá que con algún agregado- deberá volver a sentarse, y aquí la Iglesia sí tendrá que aportar algo más que logística -no en vano, es la titular del bien-. Ayer por si acaso, en el Salón Santo Tomás, los protagonistas rezumaban optimismo y compromiso. "Esto está en marcha e intentaremos no parar", se oyó.

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