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El pacto laboral sería posible en Unicajasur si se recorta el dinero a la Iglesia

Las direcciones de Unicaja y Cajasur buscan un acuerdo de mínimos mientras UGT y CCOO piden revisar el protocolo inicial de la fusión

el 11 may 2010 / 20:23 h.

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Braulio Medel y José Antonio Arcos Moya firman la fusión.

“Antes los empleos que los privilegios de la Iglesia”. Un camino se abre en las tensas negociaciones del pacto laboral para la unión de Unicaja y Cajasur. Se trata de revisar el protocolo que hace ahora nueve meses firmaran Unicaja y Cajasur y que contenía una serie de compensaciones –económicas y en activos inmobiliarios– para el Cabildo de Córdoba, fundador de la entidad cordobesa. Ese cambio, de manera que se resten a la Iglesia sus prebendas, ha sido solicitado por escrito por varios sindicatos, entre ellos CCOO y UGT, que reclaman, asimismo, un ajuste en el número de directivos de Cajasur que cobran retribuciones discrecionales y que el ajuste final de plantilla sea con carácter universal y voluntario.

Esas tres medidas, dicen fuentes de CCOO, serían “suficientes” como para amortiguar el impacto del recorte de plantilla al que las direcciones de las cajas de ahorros aspiran. “Si fuera así, el pacto se firmaría en horas, aunque por ahora no es así”. Los contactos requieren estos días mucha cocina y no con los sindicatos como protagonistas, sino que el fogón está encendido en la negociación que tienen abiertas, en paralelo a la sindical, las cúpulas de la entidades malagueña y cordobesa.

La intención de éstas es que el acuerdo de mínimos esté para los consejos de administración de Cajasur y Unicaja que, con el día 21 de mayo como la fecha límite ordenada por el Banco de España, han de aprobar la fusión. Sin embargo, explican las fuentes, no es necesario que el pacto laboral llegue ni a ese consejo ni a la asamblea general que, como tope, deberá celebrarse el 30 de junio próximo.

Es más, indican desde CCOO, en la fusión de 1990 que gestó la creación de Unicaja tal y como la conocemos hoy, el acuerdo laboral se cerró horas antes de que se celebrara la asamblea. “Por tanto, no sabemos a qué viene tanta presión, aunque son conscientes de que sin acuerdo previo, después será más complicado alcanzarlo”. A Unicaja tampoco le conviene ya que habría que abordar entonces el ajuste laboral en la nueva caja y no focalizarlo en Cajasur. Y los tiempos están ajustados, pues el 30 de junio está a la vuelta de la esquina y el Banco de España no autorizará demora.

Fuentes del consejo de Cajasur admitieron que se quiere plantear en los próximos días la base para labrar el acuerdo de mínimos, a partir de prejubilaciones, bajas incentivadas y reducción salarial. Mientras, los máximos líderes de CCOO y UGT en Andalucía, Francisco Carbonero y Manuel Pastrana, coinciden en denunciar la pervivencia de los “privilegios” del Cabildo cordobés. Son inmuebles y una asignación anual de 8 millones de euros a la fundación que controlará la Iglesia, importe que es independiente de los beneficios que obtenga la entidad resultante de la operación. “Si ha de tener ese importe, que sea en función de los resultados económicos”, indican otras fuentes.

Según cálculos sindicales, esa revisión del protocolo de la fusión reduciría sensiblemente los 43,3 millones de euros de la rebaja de costes que se quiere aplicar en Cajasur, del total de 57 millones que se prevé para ambas entidades financieras. Cabe recordar, en este sentido, que el plan de negocio de Boston Consulting Group recoge la necesidad de prescindir de 988 empleos en la cordobesa y 236 en la malagueña.

En unas contundentes declaraciones a Europa Press, Pastrana criticó el hecho de que existen “grupos atrincherados detrás de la defensa de sus privilegios y dispuestos a sacrificar a cientos de trabajadores que van a perder sus empleos con tal de mantener esos privilegios”. El dirigente ugetista se mostró partidario de cambiar los acuerdos iniciales de la fusión y, a partir de la revisión de la cifra de directivos y su rebaja de sueldos en Cajasur, echar otra vez los cálculos del ahorro de costes reduciendo el excedente final de la plantilla.

Por su parte, Carbonero exigió que primero las cajas tomen las medidas necesarias para los ajustes que deben hacer, y después se negocien los sacrificios que han de sufrir los empleados, al tiempo que lamentó la pervivencia de los “privilegios” de los curas en la nueva entidad.

Fuentes de este último sindicato recordaron que en la amplia nómina de directivos de la caja cordobesa están quienes la llevaron al borde del precipicio, “y tienen que asumir sus responsabilidades y no premiarlos manteniéndolos en la caja”.

Aspromonte, el sindicato mayoritario en Cajasur, mantiene la movilización prevista el lunes en la capital cordobesa, a la que ayer anunció que se agregaba también la central CSI-F. Ninguno de los restantes la secundará. No es el momento, sostienen, pues las negociaciones siguen abiertas sobre la base del cambio del protocolo inicial de fusión.

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