Cinco años después de terminar la carrera continúan viviendo en casa de sus padres porque el salario que tienen no les da para emanciparse. Éste es el perfil tipo del universitario español radiografiado en una encuesta hecha entre cerca de 40.000 licenciados europeos.
La Universidad española está inmersa en la elaboración del nuevo mapa de titulaciones, o lo que es lo mismo, en la redefinición de las carreras que se van a ofertar en el futuro. En este punto, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (Aneca) ha puesto encima de la mesa un informe redactado con las opiniones de cerca de 40.000 universitarios europeos encuestados (casi 5.500 españoles) que terminaron sus estudios hace cinco años con el objetivo de conocer cuál es su ocupación actual y si ésta se corresponde con lo que aprendieron en la carrera.
"En un momento importante, en el que las universidades han de trabajar en el diseño de nuevos planes de estudio, la información que proporciona el presente estudio sobre la formación recibida por los graduados y requerida por el mercado laboral pretende convertirse en un elemento de ayuda para la consecución exitosa en esta labor", reseña.
Y uno de los datos que proporciona el informe tiene que ver con el modo de vida de los licenciados cinco años después de haber terminado los estudios. En el caso de España, junto con Italia, el número de jóvenes que vive con sus padres supera el tercio de los encuestados. El porcentaje está muy por encima del resto de los países europeos. Llama la atención el caso de Noruega y Finlandia, donde el porcentaje es casi cero.
Los universitarios españoles están "moderadamente satisfechos" con el trabajo que tienen, del que lo que más valoran es la estabilidad y la disponibilidad de tiempo libre al margen del dedicado a la jornada laboral. Pero si en algo son críticos los jóvenes españoles con estudios superiores es con la falta de sintonía entre la carrera que eligen y el empleo que después desempeñan. "Cabe resaltar, en este sentido -apunta el informe-, el caso de España como el país en el que los titulados destacan con mayor rotundidad la escasa utilización en el puesto de trabajo de las competencias adquiridas".
¿Los motivos? Se apuntan dos. El primero tiene que ver con la "relevancia del profesor como fuente principal de información en todos los tipos de titulaciones, siempre muy por encima del aprendizaje basado en problemas". El segundo apunta al problema aún no resuelto en la Universidad española: el de una "enseñanza eminentemente teórica, con niveles bajos comparativamente hablando en lo concerniente a la enseñanza práctica".
El informe, coordinado por Aneca y en el que han participado 48 universidades españolas, es demoledor a la hora de denunciar que los españoles son los que menos salen al extranjero para complementar su formación, apuntándose a "orígenes socioeconómicos" como una de las causas de esta deficiencia. Y, por último, llama la atención que los universitarios españoles sean los menos satisfechos con sus estudios. De hecho, un 10% de los encuestados no volvería a cursar una carrera, sea cual sea.
