El Pamesa Valencia hizo lo justo para arrancar de Sevilla una laboriosa victoria (69-74), aunque carente de brillo, ante un Cajasol sin rumbo que sigue colista y sin conocer el triunfo en su pista.
La primera mitad fue de todo menos vistosa y ese todo incluyó errores en el tiro, pérdidas de balón (quince en el primer cuarto), un festival de pasos y la desesperación de los dos entrenadores, que ya en los primeros diez minutos emplearon en total a diecinueve jugadores en busca de un quinteto ideal que nunca llegó.
En medio de esta mediocridad, el Pamesa aportó algo de temple y la calidad de un Perovic, el mejor de su equipo y dominador de las zonas, de ahí su clara victoria al descanso (27-38). El cuadro valenciano, primero, supo reponerse al engañoso arranque (7-0, m.2) de los locales y, luego, apuntaló su ventaja con un parcial de 0-9 (11-26, m.15) en una segunda manga en la que los sevillanos, dirigidos por Ángel Jareño, sustituto provisional de Manel Comas, sobrevivieron gracias a los tiros libres.
En la segunda mitad, el Cajasol recurrió a su línea exterior -cuatro triples entre Miso y Ellis- para "asaltar" la suficiente solidez de un Pamesa que cuando sintió el aliento de los hispalenses (34-40, m.23, y 45-50, m.28), siempre supo responder, de ahí que al final del tercer cuarto las cosas siguieran igual: 47-58.
Idéntico protocolo siguió el Cajasol en el último tramo. Cuatro triples (dos de Pecile) le devolvieron a los locales la esperanza de lograr en San Pablo su primera victoria de la temporada (59-60, m.35), pero la réplica del Pamesa volvió a ser la justa para resultar efectiva (61-69, m.38).
