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El Papa confirma en su segunda encíclica que "habrá Juicio Final"

Por si alguien lo dudaba, el Papa Benedicto XVI confirmó en su segunda encíclica, Spe Salvi, que "habrá juicio final". Sin embargo, este juicio es, según él, "nuestro consuelo y esperanza". La carta del Papa a los fieles ha sido acogida por los católicos como una inyección de optimismo.

el 14 sep 2009 / 20:55 h.

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Por si alguien lo dudaba, el Papa Benedicto XVI confirmó en su segunda encíclica, Spe Salvi, que "habrá juicio final". Sin embargo, este juicio es, según él, "nuestro consuelo y esperanza". La carta del Papa a los fieles ha sido acogida por los católicos como una inyección de optimismo.

Benedicto XVI promulga esta encíclica para ofrecer un horizonte de esperanza a la humanidad. En la carta, el Papa asegura que la vida no acaba en el vacío, que el marxismo ha dejado una destrucción desoladora y que habrá un Juicio de Dios, "que es nuestro consuelo y esperanza".

Benedicto XVI subrayó en el texto la doctrina sobre la existencia del purgatorio y del infierno, pero precisó que si el Juicio Final fuera "pura justicia, podría ser al final sólo un motivo de temor" para los hombres y que "sin embargo la gracia nos permite esperar y encaminarnos llenos de confianza al encuentro con el Juez". La encíclica, carta solemne que dirige el Papa a los obispos y fieles católicos del mundo, está dividida en ocho partes y consta de 77 páginas.

Sobre el Juicio de Dios, el Papa escribió que la fe en ese proceso es "ante todo y sobre todo" esperanza y reitera que "existe la resurrección de la carne, existe una justicia y existe la revocación del sufrimiento pasado".

Según el Pontífice, es "imposible" que la "injusticia" de la historia sea la última palabra. "Dios es justicia y crea justicia. Este es nuestro consuelo y nuestra esperanza. Pero su justicia también está en la gracia", destacó el Papa, que advirtió que la gracia "no excluye la justicia".

Benedicto XVI aseguró que "al final, en el banquete eterno los malvados no se sentarán indistintamente en la mesa junto a las víctimas, como si no hubiera pasado nada". Benedicto XVI comenzó su segunda encíclica con el pasaje de la Carta del apóstol San Pablo a los Romanos "en la esperanza fuimos salvados" y afirma que lo que distingue a los cristianos es que saben que su vida "no acaba en el vacío".

Sobre el evangelio. "El Evangelio no es sólo una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera, una vida nueva", escribió el Obispo de Roma.

El Papa Ratzinger aseguró que Jesús no trajo al mundo un mensaje "socio-revolucionario" como el de Espartaco y que tampoco fue "un combatiente por una liberación política" como Barrabás, sino que dio algo mucho mayor.

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