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El Papa critica el "laicismo agresivo" de la España actual

el 06 nov 2010 / 10:37 h.

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El Papa Benedicto XVI observa el funcionamiento del Botafumeiro de la Catedral de Santiago de Compostela, una de sus paradas ayer.

Casi nueve horas en la tierra del apóstol. Tiempo que aprovechó Benedicto XVI para llegar como un peregrino más a Santiago de Compostela (ataviado con una capa con la concha de vieira y la Cruz de Santiago), abrazar el santo, oficiar una misa en la plaza del Obradoiro ante 7.000 personas y, sobre todo, hacer un fuerte llamamiento a Europa en general y a España en particular para recuperar sus raíces cristianas.

Ya desde los aires, durante el vuelo de Roma a Santiago de Compostela, el Sumo Pontífice manifestó a los periodistas que lo acompañaban su preocupación por la existencia en España de un "laicismo agresivo", por lo que llegó a establecer una relación directa entre el actual choque entre fe y laicismo en la España de Rodríguez Zapatero y el anticlericalismo de la Segunda República, en los años treinta.

Antes de tomar tierra, Benedicto XVI afirmó que España es el "país originario de la fe", pero también donde se ha desarrollado "un laicismo, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo"; por lo que llamó a un "encuentro entre la fe y el laicismo, y no a una confrontación".

Tras este mensaje lanzado por el Papa, el Gobierno evitó polemizar, aunque se mostró sorprendido por la comparación. El Ejecutivo rehusó hacer comentarios y abogó por defender la libertad de expresión. De hecho, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, reafirmó las "buenas relaciones" entre España y el Vaticano. Así, durante el breve encuentro que mantuvo con el Papa en el aeropuerto de Lavacolla, Rubalcaba destacó la preocupación, compartida por el Pontífice y el Gobierno de España, por los efectos de la crisis, en especial sobre los más desfavorecidos.

Al margen de cualquier polémica, Rubalcaba optó por ofrecerle una "total colaboración" para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid el próximo mes de agosto. Quien sí reaccionó a las palabras del Santo Padre fue el coordinador general de IU, Cayo Lara, quien respondió que "es la Iglesia la que conserva la mentalidad que tenía durante la dictadura franquista".

El peregrino. Ya en su primera alocución en tierra gallega a las 11.24 horas y ante las autoridades que acudieron al aeropuerto a recibirle -además de Rubalcaba estuvieron presentes los Príncipes de Asturias y el presidente de la Xunta-, Benedicto XVI afirmó que los peregrinos que a lo largo de los siglos han recorrido el Camino de Santiago "fueron creando una vía de cultura, de oración, de misericordia y conversión". Añadió que esa obra se ha plasmado en iglesias y hospitales, en albergues, puentes y monasterios, con lo que España y Europa fueron desarrollando "una fisonomía espiritual marcada de modo indeleble por el Evangelio".

Previamente, don Felipe expresó su "enorme aprecio" por el compromiso de Benedicto XVI con "la paz, la libertad y la dignidad del ser humano", especialmente en los tiempos "complejos y de crisis que vive el mundo".

El "peregrino más ilustre", como le definió el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, recorrió a bordo del papamóvil los 11 kilómetros que separan el aeropuerto de Lavacolla de la catedral compostelana, en cuyo trayecto un millar de escolares le dieron la bienvenida. Fue entonces cuando el sucesor de San Pedro, que ya se encontraba en el interior del papamóvil, rompió el protocolo y accedió a que le acercasen tres bebés de cortas edades para bendecirles.

A su llegada a la ciudad, el Papa salió de la catedral a la plaza de la Quintana y entró de nuevo en el templo por la Puerta Santa vestido de peregrino para orar ante la tumba del Apóstol y abrazar su imagen. Al abrazar la "venerada imagen" pidió "por todos los hijos de la Iglesia", al tiempo que agradeció a los católicos españoles "la generosidad con que sostienen tantas instituciones de caridad y de promoción humana". "No dejéis de mantener esas obras que benefician a toda la sociedad, y cuya eficacia se ha puesto de manifiesto en la actual crisis" económica.

Ya por la tarde, 7.000 personas esperaban en la plaza del Obradoiro cuando a las 16.40 horas, con más de 30 minutos de retraso, el Papa llegaba al escenario montado para la misa que concelebró con otros 120 obispos, incluida toda la curia española. Fue recibido por el repique de campanas, aplausos y vítores de "Benedicto, Benedicto" "¡Viva el Papa!".

En su homilía de la plaza del Obradorio, el Papa no dudó en calificar de "tragedia" el que en Europa, sobre todo durante el siglo XIX, "se afirmase y divulgase la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y el enemigo de la libertad". Benedicto XVI hizo asimismo un llamamiento especial a los líderes políticos para que incorporen a Dios, asegurando que "Jesús se dirige también a los jefes de los pueblos" y denunciando que "donde no hay entrega por los demás surgen formas de prepotencia y explotación que no dejan espacio para una auténtica promoción humana integral".

Pero no todo fueron bienvenidas. La visita del Papa a Santiago de Compostela con motivo del Año Santo Xacobeo estuvo envuelta en la polémica del coste y de la estricta seguridad que ha paralizado la ciudad. Así, un centenar de mujeres de la Red Feminista Galega se manifestaron ayer en la plaza de Galicia para reivindicar una Galicia "laica y no patriarcal". Ante una fuerte presencia de antidisturbios, las feministas desplegaron una pancarta con el coste del viaje: "8h: 4.000.000 euros". También los hosteleros y comerciantes mostraron su malestar por los escasos ingresos y critican los constantes cortes policiales de calles.

A las 19.50 horas, con 35 minutos de retraso sobre lo previsto, despegaba el avión del Papa. Barcelona espera hoy su visita.


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