El recientemente beatificado Papa Juan Pablo II ya tiene su estatua en Sevilla. Este martes, en la sede central de Cajasol, en la plaza de San Francisco, se presentará públicamente, una vez concluida su fundición, el monumento en bronce al Papa polaco que ha promovido un grupo de ciudadanos, aunque aún se desconoce cuál será su definitivo emplazamiento en la ciudad.
La exposición, que tendrá como escenario el patio central de Cajasol, se prolongará hasta el 10 de julio y permitirá a la ciudadanía conocer el trabajo realizado por el autor material del proyecto, el imaginero Juan Manuel Miñarro, para retratar al detalle los rasgos de Karol Wojtyla. La muestra, aclara el propio Miñarro, pretende por una parte servir de presentación pública del monumento y, de otro lado, exponer paso a paso cuál ha sido el proceso artístico seguido para su ejecución, desde el modelado inicial hasta su fundición final, llevada a cabo en el taller de fundición de Francisco Ruiz, en Valencina de la Concepción, donde también se han realizado las fundiciones de otros monumentos, caso del de la duquesa de Alba, el del arquitecto Aníbal González o el de la estatua ecuestre de la madre del Rey Juan Carlos, Doña María de las Mercedes.
Para su presentación pública, la estatua del Papa Juan Pablo II aparecerá sobre una estructura provisional de unos 90 centímetros de altura que no será su base definitiva, cuya realización -bien en piedra o en ladrillo visto- no se acometerá hasta que no se conozca cuál será su emplazamiento definitivo.
La exposición, a cuya inauguración asistirán el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y el arzobispo hispalense, Juan José Asenjo, se ha montado de forma bastante original, puesto que el visitante tendrá que introducirse en el interior de una pasarela -donde habrá pantallas y fotografías que mostrarán el perfil antropológico del Papa- hasta llegar a la estatua, que se mostrará dentro de un cubo gigante.
Según expone Francisco Javier Valderrama, uno de los portavoces de la plataforma promotora del monumento, esta exposición será el espaldarazo definitivo para terminar de recaudar los fondos necesarios para financiar este proyecto, valorado en 90.000 euros.
Los promotores han conseguido ya recaudar la mayor parte del dinero necesario -unos 72.000 euros- después de que el 23 de diciembre de 2008 se iniciara una cuestación popular para ello a través de todas las sucursales de Cajasol adscritas a la Archidiócesis de Sevilla.
El proyecto ha contado con el apoyo económico e institucional de Cajasol, el Arzobispado de Sevilla, el Cabildo Catedral, la Real Maestranza de Caballería, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), el Consejo de Cofradías y los dos equipos de fútbol de la ciudad, amén de recibirse un sinfín de "donativos anónimos de hasta 50 céntimos".
Concluido el proyecto, los promotores esperan resolver cuanto antes el gran dilema que ha revoloteado sobre el monumento desde su gestación en el año 2006: el lugar de su ubicación. Lo cierto es que, casi desde su concepción, la estatua en homenaje al Papa Juan Pablo II en Sevilla se ha convertido en un monumento incómodo para las administraciones. Ni la Gerencia de Urbanismo en los últimos años de la era Monteseirín ni la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en Sevilla han respondido aún "ni con un sí ni con un no" a la petición de los promotores de emplazar la estatua junto a la Catedral de Sevilla, en concreto bajo el magnolio de la esquina de Correos, única propuesta planteada hasta ahora por la plataforma pro monumento.
Esta actitud pasiva de las administraciones llevó al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, a ofrecer el perímetro del recinto catedralicio para acoger la estatua de quien a su juicio ha sido "uno de los más grandes, si no el más grande, Pontífice de la historia de la Iglesia". Incluso varias hermandades -caso de la Estrella y Pasión- han sugerido el entorno más cercano a sus templos como posible emplazamiento.
Con el cambio de gobierno municipal, los promotores del monumento esperan desbloquear la situación de incomunicación que reinaba hasta ahora con el Ayuntamiento para acordar un lugar para su emplazamiento. En declaraciones del propio arzobispo de Sevilla a la cadena Cope, Juan José Asenjo ha desvelado la existencia de una reciente conversación con el alcalde, Juan Ignacio Zoido, en la que el regidor le mostró la plena disposición del Ayuntamiento "a dar todas las facilidades del mundo para la colocación de esta estatua en un lugar digno del Papa Juan Pablo II y de Sevilla". "Estoy seguro que en las próximas semanas podremos inaugurar el monumento", dijo Asenjo.
