El papa Benedicto XVI ha dicho que la dignidad humana es el único capital que merece la pena salvar, durante la audiencia en el Vaticano a los participantes en la reunión de Banco de Desarrollo del Consejo de Europa en Roma.
"La economía y las finanzas -explicó- no existen por sí mismas, son sólo un instrumento, un medio. Su fin es únicamente la persona y su plena realización de la dignidad y este es el único capital que vale la pena salvar".
El Papa aludió a la caída de los totalitarismos y su uso.
"La liberación de las ideologías totalitarias ha sido utilizada unilateralmente sólo para el progreso económico en detrimento de un desarrollo más humano y respetuoso de la dignidad y de la nobleza del hombre".
Benedicto XVI animó a los representantes del Banco de Desarrollo a "corregir los desequilibrios a favor de un proceso basado en la justicia y la solidaridad".
Dos factores que dijo "son indispensables para el presente y el futuro de Europa".
Benedicto XVI recordó que fue el cristianismo "el que permitió a Europa comprender qué era la libertad, la responsabilidad y la ética que impregna sus leyes y sus estructuras sociales".
Marginar el cristianismo como se intenta hacer "excluyendo los símbolos que lo manifiestan", mantuvo el Papa, contribuiría a amputar de nuestro continente la fuente fundamental que la nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad".