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El Papa pide a los artistas que se alejen de la belleza 'hipócrita' de la transgresión

Este encuentro celebra el décimo aniversario de la  'Carta de Juan Pablo II a los artistas', escrita en abril de 1999, y  el 45 aniversario del encuentro que Pablo VI tuvo con los artistas en  mayo de 1964

el 21 nov 2009 / 18:10 h.

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El Papa Benedicto XVI solicitó hoy a los 260 artistas procedentes  de todo el mundo, reunidos en la Capilla Sixtina, que colaboren con  la Iglesia para transmitir un "mensaje de esperanza y salvación", tal  y como lo hizo Miguel Angel en el siglo XV con los frescos realizados  en este mismo lugar.

En este encuentro, que se enmarca en el décimo aniversario de la  'Carta de Juan Pablo II a los artistas', escrita en abril de 1999, y  el 45 aniversario del encuentro que Pablo VI tuvo con los artistas en  mayo de 1964, el pontífice manifestó su deseo de "expresar y renovar  la amistad de la Iglesia con el mundo del arte", una amistad, a su  juicio, "consolidada en el tiempo".

Asimismo, aprovechó la ocasión para denunciar ante el auditorio de  artistas, en el que se encontraba el arquitecto Santiago Calatrava y  el escultor Venancio Blanco, que, "con frecuencia", la belleza es  presentada como "ilusa y mendaz, superficial y deslumbrante hasta el  aturdimiento", que en lugar "hacer salir al hombre de sí (...), lo  aprisiona en sí mismo y lo hace más esclavo, privado de la esperanza  y la alegría".

Se trata, dijo el Papa, de una "seductora pero hipócrita" belleza,  que, según alertó, "despierta la lujuria, la voluntad del poder, de  posesión, de aprovechamiento del otro y que se transforma,  rápidamente, en lo contrario, asumiendo los rostros de la obscenidad,  de la trasgresión o de la provocación en sí misma".

Por este motivo, animó a los artistas a que no tengan miedo de  confrontarse "con la fuente primera y última de la belleza" y de  dialogar con los creyentes sobre ella. "La fe no quita nada de  vuestro genio, de vuestro arte, antes bien lo exalta y lo nutre, lo  alienta a cruzar el umbral y a contemplar con ojos fascinados y  conmovidos la meta última y definitiva, el sol que nunca se pone y  que ilumina y hace bello el presente", concluyó.

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