El papa Benedicto XVI recordó el domingo, durante el rezo del Ángelus, la "humildad" y la gran labor de "catequista" del papa Juan Pablo I con ocasión del 30º aniversario de su muerte.
Benedicto XVI explicó en el Ángelus, celebrado en la residencia de Castel Gandolfo (a unos 30 kilómetros de Roma), la importancia de ser humildes, una característica, dijo, que fue "el testamento espiritual" de Juan Pablo I. "Gracias a esa virtud, bastaron 33 días para que el Papa (Albino) Luciani entrase en el corazón de la gente", afirmó Benedicto XVI al recordar el breve Pontificado de Juan Pablo I.
Benedicto XVI añadió que la "sencillez" de Juan Pablo I "era vehículo de una enseñanza sólida y rica", lo que hizo de él "un inigualable catequista".
Al final de la oración del Ángelus, el Pontífice recordó que el próximo martes terminará su periodo de reposo en Castel Gandolfo y volverá a las actividades en el Vaticano, y agradeció la posibilidad de poder alojarse en esta residencia pontifica, donde puede "descansar y trabajar mejor en los meses más calurosos".
