El papa Benedicto XVI repasó durante la audiencia general, celebrada en la Plaza de San Pedro, su reciente viaje a Estados Unidos, donde animó a los obispos a "sanar las heridas" causadas por los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes pederastas.
"Pensando en los dolorosos casos de abusos sexuales cometidos por ministros ordenados animé a los obispos estadounidenses a curar las heridas del pasado y a reforzar las relaciones con sus sacerdotes", recordó el Papa.
Benedicto XVI elogió de Estados Unidos su "sana laicidad", al haber sabido encontrar "una feliz conjugación entre principios religiosos y políticos".
Destacó además que en este país "la dimensión religiosa, con sus varias expresiones, no es sólo tolerada si no también valorada como el alma de la nación y garantía fundamental de los deberes y derechos del hombre".
En tal contexto, añadió el Pontífice, la Iglesia "puede realizar con libertad y empeño su misión de evangelización y también de consciencia critica, contribuyendo así a la construcción de una sociedad digna de la persona".
Como hizo durante su discurso en la Casa Blanca ante el presidente de EEUU, George W. Bush, el Papa instó a este país, que calificó como "uno de los principales actores de la escena internacional, "a la solidaridad global y al ejercicio paciente del diálogo en las relaciones internacionales".
El papa Joseph Ratzinger también mencionó su discurso del 18 de abril ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y reiteró, como hizo entonces, "el empeño de la Iglesia católica para contribuir al reforzamiento de las relaciones internacionales basadas en los principios de responsabilidad y solidaridad".
Benedicto XVI señaló que en su discurso destacó el valor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que cumple 60 años, y cuyo "principal fundamento es la dignidad de la persona humana creada a imagen de Dios para cooperar al gran diseño de vida y de paz".
"Como la paz, también el respeto de los derechos humanos está basado en la justicia, es decir en un orden ético válido para todos los tiempos y todos los pueblos y que se resume en la frase: no hagas a los demás lo que no quieres que hagan a ti", añadió.
Repasando las etapas de su viaje, del 15 al 20 de abril, el obispo de Roma evocó sus reuniones con los miembros de la Iglesia estadounidenses a quienes recordó que existen algunas "contradicciones" que amenazan la "coherencia de los católicos".
A la Iglesia estadounidense, añadió el Papa, les instó "a seguir proponiendo el sacramento del matrimonio como compromiso indisoluble entre un hombre y una mujer".
Benedicto XVI menciono también sus dos misas multitudinarias en los estadios de béisbol de Washington y Nueva York, así como sus reuniones con los representantes de las otras confesiones, y la oración por las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en la "zona cero".