No sólo a los vecinos afectados por la construcción del párking de la nueva Ronda de Triana preocupa lo que allí está sucediendo. No es cuestión baladí que, supuestamente, unas obras estén abriendo grietas en un edificio. Pero hay que esperar a que los técnicos, que son los que sí saben, dictaminen si la obra en cuestión está haciendo daño o no. Por lo que sé, se están empleando las últimas tecnologías para saber si el movimiento en los edificios colindantes se está produciendo o no. Y no veo en Francisco Fernández, delegado de Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla, a un descerebrado que tire por la calle de en medio, digan lo que digan los técnicos.
Ningún político, en su sano juicio, se la jugaría de esa manera, porque las consecuencias las llevaría en su hoja de servicios toda la vida. Su contacto permanente con los vecinos es la garantía de que nada se quiere ocultar, y hasta ahora, su mejor aval, en ésta situación tan delicada.
