Griñán, Jiménez y Moreno, ayer en el Parlamento
El relevo exprés en la Junta de Andalucía ha desencadenado movimientos de calado en las instituciones que ayer comenzaron a materializarse. El Parlamento nombró senadores por la comunidad autónoma al expresidente José Antonio Griñán, al vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, y a la consejera saliente de Educación, Mar Moreno. La elección de Griñán contó con el rechazo inédito del PP-A, que se opuso rotundamente después de que la jueza de los ERE, Mercedes Alaya, planteara la imputación del expresidente, su antecesor y de cinco exconsejeros en su último auto. Hasta ahora regía una regla no escrita por la cual todos los grupos respetaban la propuesta de un partido para su cuota de senadores. Griñán dejará su escaño en el Parlamento andaluz antes del próximo pleno (días 25 y 26) e IU, que se mueve entre dos aguas, ya ha avisado de que, si finalmente es imputado, pedirá que dimita como senador.
Lo que iba a ser un pleno corto y de trámite para ajustar los cambios tras la sucesión en la Junta derivó en un aluvión de noticias. Tras el demoledor auto de la jueza Alaya, el PP anunció que no apoyaría la elección de Griñán y así ha sido. IU amagó con pensárselo, pero en realidad lo que sopesaba era bloquear el nombramiento como miembro de la Mesa de la Cámara de Carmen Martínez Aguayo, exconsejera de Hacienda y una de las señaladas por la jueza Alaya. Antes del pleno, la dirección de Izquierda Unida y la del PSOE se reunieron y la federación de izquierdas comunicó a sus socios en la Junta su decisión: apoyarían a Griñán pero vetarían a Aguayo. Esto obligó al PSOE a retirar su propuesta para la Mesa, que se cayó del orden del día.
Finalmente, el expresidente andaluz contó con el respaldo de 55 de los 104 diputados que votaron de manera secreta, a través de un papeleta depositada en una urna. Hubo un voto nulo. Del PSOE solo faltó la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que estaba en Madrid porque por la tarde la recibía el Rey en audiencia. De IU se ausentaron el díscolo Juan Manuel Sánchez Gordillo y Marina Segura, y hubo otro diputado de la federación que no votó la propuesta del PSOE-A para el Senado.
La votación fue secreta. En cada papeleta aparecía el nombre de las tres personas propuestas por el PSOE-A como senadores y junto a cada uno de estos nombres había una casilla que debía marcarse si se apoyaba el nombramiento, sin poder emitirse votos en contra. Con el apoyo de un único diputado, el nombramiento ya salía adelante. La elección, por tanto, estaba asegurada, pero un rechazo de IU hubiera significado una fisura en el acuerdo de Gobierno. La oposición delPP, aunque lógica, fue inédita. El PP ha roto una regla no escrita y eso inaugura una etapa nueva, que complica enormemente el funcionamiento de la Cámara, advirtió Mario Jiménez a los periodistas. El número dos del PSOE-A, cuyo futuro político se vislumbra más en el PSOE federal, en Madrid, criticó que el Partido Popular haya optado por meter al Parlamento en el lodazal político y recordó que hasta ahora nadie se había saltado esa regla. Yo voté a Javier Arenas como senador, recordó. Fuentes socialistas remarcaron que el gesto de los populares podría tener consecuencias en futuros nombramientos y pusieron de ejemplo al consejo de administración de la RTVA.
un vodevil // Los populares salieron raudos a desmentir este extremo. Recordaron que el PSOE no apoyó la designación de Patricia del Pozo y de Teresa Ruiz Sillero para la Mesa de la Cámara, y los socialistas insistieron en que la cuota para el Senado siempre había quedado fuera de la pelea partidista. El portavoz popular, Carlos Rojas, destacó que Griñán huye a la Cámara Alta con el menor apoyo de la historia del Parlamento andaluz y tildó de vodevil que ni siquiera Susana Díaz apoye a su antecesor. Rojas acusó al PSOE de desprestigiar a la Cámara autonómica por presentar como senador al padre político de los ERE y al cebador de la partida presupuestaria de las ayudas irregulares. El portavoz de IU, José Antonio Castro, que se mostró huidizo con la prensa, aseguró que su formación será la primera en pedir la dimisión de Griñán como senador si éste es imputado de verdad en el caso de los ERE fraudulentos.Si finalmente esto ocurriera, Griñán estará ya fuera de la política andaluza, aunque seguirá aforado. Jiménez confirmó que el expresidente dejará su acta de diputado en el Parlamento en breve, algo que poco antes había desmentido el propio Griñán. El número dos del PSOE-A y Mar Moreno seguirán en la Cámara autonómica. La actual secretaria general de Relaciones con el Parlamento, Amalia Rodríguez, esposa del consejero de Justicia, Emilio De Llera, ocupará el escaño de Griñán por Sevilla.