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El Alamillo: un pulmón verde para millón y medio de sevillanos

Gaiteros, pasacalles y una muestra fotográfica para toda la familia en esta jornada del programa conmemorativo.

el 11 oct 2013 / 19:06 h.

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Parque del Alamillo. / Paco Puentes (nPhoto) Parque del Alamillo. / Paco Puentes (nPhoto) Pasaban ya las 14.00 horas y la multitud se desesperaba. Más de media hora de retraso y quien debía cortar la cinta –el por aquel entonces presidente de la Junta Manuel Chaves–, sin aparecer. La sevillanía se hartó y tocó a rebato. “¡Si el parque es del pueblo, lo inauguramos nosotros!”, gritaba el más revolucionario. Y esa multitud, pasando tres kilos y medio de la pompa institucional –con el alcalde, Alejandro Rojas Marcos, incluido y con la ausencia del PP–, invadió el Alamillo. Un nacimiento surgido del pueblo y que, en estos 20 años, forma parte del ADN de un parque que ha madurado al abrigo de los sevillanos, que nunca le han dado la espalda. Un vínculo que corrobora el millón y medio de visitas que cada año disfrutan del que fue el penúltimo legado de la Expo’92 y que, con el tiempo, se ha erigido en el mayor pulmón verde de la capital. El parque creció siendo apenas un bebe de, ojo, 47 hectáreas, que prevé alcanzar su plenitud este año, con una ampliación que está en ejecución y que supondrá que triplique sus dimensiones iniciales: 120 hectáreas, la misma superficie que grandes parques españoles como el del Retiro de Madrid. Nació con dos lagos y un paisaje mediterráneo de pinos, olmos y alcornoques y, sobre todo, con la compañía de los sevillanos: primero de San Jerónimo, que lo consideran su parque y luego del resto de la ciudad. Tanto, que llegó un momento que se quedó pequeño. Ya en el décimo aniversario, se estaba trabajando en la ampliación, aunque no sería hasta cinco años después cuando entró la maquinaria con un cometido: recuperar el vivero de la Expo’92, un espacio de 10 hectáreas que se estrenó en 2009, con motivo del XVI aniversario, alojando un centenar de especies vegetales y siendo refugio para la diversa fauna animal (lagartos, rapaces, conejos, insectos, pájaros carpinteros, erizos, etc.) que pueblan el Alamillo. A la par, el parque iba mejorando sus infraestructuras, con un aparcamientos de 355 plazas en su zona norte y un quiosco-bar, la instalación del cable esquí, la mejora del sistema de riego o la recuperación del Cortijo del Alamillo, cuyo patio ha sido sede de numerosos eventos, culturales, sociales e incluso políticos. Justo un año después, también haciéndolo coincidir con su cumpleaños, llegó el segundo estirón del parque, creciendo hacia el Parque Científico y Tecnológico de la Cartuja. Fueron 15 hectáreas más,  conformadas en su mayoría por naranjales de grandes dimensiones. El parque sumaba más de 75 hectáreas y, ya estaba proyectada la definitiva ampliación que, por razones de la crisis –y políticas– se guardó en un cajón. Lo único que sí se culminó fue, en mayo de 2011, la pasarela de San Jerónimo que permitía el acceso directo. Pero la culminación de aquella ampliación que se dibujó hace 10 años no se retomó hasta este verano. La Consejería de Fomento y Vivienda rescató este proyecto con las obras de acondicionamiento de 40 hectáreas más, propiedad del parque. La intención inicial era finalizarlas hoy, aunque se retrasarán a noviembre. La actuación contempla la limpieza del terreno y extensión de zahorra sobre los caminos existentes, así como la adecuación de parte de los naranjales situados junto al hotel Renacimiento para que se ponga en marcha una nueva actividad: 133 huertos urbanos, que se pondrán a disposición de los ciudadanos a partir de un proceso de selección. Esta intervención tiene el principal acicate de que el Alamillo por fin se reencontrará con el río Guadalquivir. De hecho, la obra se completa con la puesta en servicio de dos embarcaderos, que se destinarán al atraque de embarcaciones no motorizadas. La primera, junto al puente del Alamillo, acogerá embarcaciones de vela ligera, piraguas o kayaks, ocupando 25 metros de ribera. La segunda, junto a la pasarela peatonal de San Jerónimo, será un pantalán de 24 metros cada uno enfocado para que todo usuario del río llegue con su barcaza, atraque y pueda acceder al parque. El coste total de las dos actuaciones (adecuación de los nuevos terrenos y los embarcaderos) supera el medio millón de euros. Pero si hay algo que caracteriza al parque es la actividad que genera. Desde el Día de Andalucía, el Día Metropolitano de la Bicicleta, talleres infantiles y los célebres Veranillos del Alamillo hasta el propio aniversario del recinto –que siempre se conmemora con una gran tarta de cumpleaños– llenan de vida este pulmón de la ciudad. Una fiesta, esta última, que se repetirá este mediodía. La dirección del parque tiene previsto a partir de las 11.45 horas un pasacalles, el tradicional apagado de las velas de la tarta a cargo de los niños asistentes, el canto de un cumpleaños feliz a cargo de un grupo de gaiteros y el reparto de porciones de tarta por parte de la guardia pretoriana del enclave: la Asociación de Amigos del Alamillo. Además, habrá talleres infantiles, un recital de poesía, música y la posibilidad de visitar la exposición El Alamillo.........20 años, que repasa la historia de un parque que nació y se revitalizó por el propio pueblo. Aún queda un mes para que la ampliación del Alamillo sea una realidad y ya son algunos los sevillanos, la mayoría por desconocimiento, que se cuelan en el nuevo paseo de ribera con sus bicicletas. Una invasión muy similar a la que se produjo hace 20 años, cuando se inauguró el parque antes de que lo hicieran las propias autoridades. Eso sí, en esta ocasión los responsables del parque dan los pertinentes avisos para que no entren en una zona que, por ahora, está cerrada al público. Los dos embarcaderos que se situarán en la dársena del río –uno junto a la pasarela de San Jerónimo y otro junto al puente del Alamillo–, ya están listos. Sólo faltan remates en la estructura, ya en tierra, como la colocación de cimientos y pérgolas. Detalles importantes para prestar servicio a los que, dentro de poco, accederán al parque desde el Guadalquivir. La zona ampliada alberga restos de antiguas infraestructuras agrarias entre los siglos XVIII y XIX que, de momento, están vallados a la espera de que, en futuras partidas, se pongan más en valor con una pequeña inversión. Entre estos vestigios, destacan restos de dos antiguas norias de agua, un acueducto, una alberca, pozos y un edificio agrícola. Ese patrimonio podrá ser observado por los visitantes en su paseo por el terreno, que figuran en la cartografía antigua como zona de cultivo en los extramuros. La Consejería de Fomento y Vivienda, aprovechando esta intervención, contribuirá a completar la red de carriles bici, acondicionando el camino de ribera preexistente para su uso peatonal y ciclista desde el Puente del Alamillo hasta la pasarela de San Jerónimo y el centro territorial de RTVE. A los huertos urbanos, una de las grandes novedades de la ampliación del parque, todavía se puede optar. El plazo expira el próximo martes 15 de octubre, después de que se hubiera ampliado el pasado mes de septiembre. La zona reservada, que asciende aproximadamente a una hectárea, tendrá capacidad para 133 huertos, con tamaños de 17,5, 35 y 70 metros cuadrados, aunque es posible también adecuar parcelas colectivas de 140 metros cuadrados. Cada huerto será gestionado por un grupo conformado por entre tres y diez personas, incluidas las unidades familiares.

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