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El parricida de Dos Hermanas ingresa en el módulo psiquiátrico de la cárcel

Luis Briz declara que mató a sus padres y su hermana "en defensa propia" y que lo hizo a mediodía del jueves. La juez decreta la prisión sin fianza por tres delitos de homicidio, que podrían sumar penas de 30 a 45 años

el 03 mar 2013 / 12:22 h.

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Imagen del domicilio familiar en Dos Hermanas.
Poco antes de las doce de la mañana Luis Briz Torrico entraba en los juzgados de Dos Hermanas para declarar durante dos horas y media ante la juez que mató a sus padres y a su hermana "en defensa propia" y que ejecutó los asesinatos el jueves al mediodía, con lo que convivió con los cuerpos durante más de 24 horas, según su relato de los hechos.

 

La juez decretó para él prisión provisional comunicada y sin fianza por tres delitos de homicidio por los que podría recibir una condena con penas de cárcel que oscilan entre los 10 y los 15 años por cada uno de esos delitos. Desde la tarde de ayer el presunto parricida permanece ingresado en el módulo psiquiátrico del centro penitenciario de Sevilla.

En su declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Dos Hermanas, Luis Briz aseguró que se produjo un forcejeo con sus familiares y que acabó con la vida de sus padres y de su hermana "en defensa propia" a mediodía del pasado jueves. Después de acuchillarlos, permaneció en la casa, salió a dar una vuelta por el barrio, volvió al domicilio familiar, cenó y durmió allí, explicó a este periódico el abogado del turno de oficio que le asistió ayer, Luis López de Castro Martín. El letrado reseñó que Luis Briz acudió en la tarde del viernes a los juzgados nazarenos a denunciar que había sufrido una agresión de sus progenitores y, tras presentar la denuncia, fue cuando espetó que sus padres estaban en la vivienda "de cuerpo presente". El juzgado dio aviso a la Policía, que se presentó en el domicilio y se encontró los cuerpos sin vida de Donato Briz, Ángela Torrico y de su hija Inmaculada, de 36 años. El sábado por la tarde los agentes regresaron a la vivienda familiar, en el número 10 de la céntrica calle San José, junto con el detenido, que llegó esposado, para reconstruir los hechos y recabar pruebas.

Fuentes del caso ratificaron que el presunto parricida "tenía antecedentes psiquiátricos", circunstancia que fue avalada por su abogado de oficio. "Mi experiencia como letrado es que este hombre no está bien ni por asomo. Está trastornado", incidió López de Castro, que enfatizó que el trastorno es más que "evidente".

Por esta razón, pidió a la juez su internamiento en el módulo psiquiátrico y una evaluación mental por parte de dos psiquiatras, frente a la petición del fiscal, que reclamó su ingreso en prisión.

Fuentes del caso explicaron que la autopsia que se le practicó el sábado pasado a los cuerpos del matrimonio formado por Donato Briz y Ángela Torrico, y a su hija Inmaculada, constatan que Luis Briz, de 34 años, asesinó a su familia con un cuchillo de grandes dimensiones, que todo se desarrolló muy rápido y que ocurrió muchas horas antes de que la Policía encontrase los cadáveres.

De esta manera se confirma que el presunto parricida esperó al menos un día para acudir a los juzgados, aunque antes de hacerlo -y no con el propósito inicial de confesar su triple crimen- se afanó en limpiar la casa de restos de sangre y en disponer los tres cuerpos de sus familiares, a los que cubrió con una manta, en la planta baja de la casa unifamiliar.

A las cuatro de la tarde, los parientes -el hermano de Ángela y un sobrino y una de las dos hermanas de Donato- abandonaron el Instituto de Medicina Legal tras cumplimentar todo el papeleo y emprendieron el viaje de vuelta para poder trasladar los cuerpos de sus familiares hasta el municipio de Santa María del Berrocal (Ávila), donde a las once de la mañana de hoy serán enterrados en el cementerio de la localidad.

Aunque su intención inicial era darles sepultura en la tarde de ayer, el retraso en los trámites ha demorado el sepelio, de manera que los cuerpos pasaron la noche en el tanatorio de Piedrahíta, a unos 9 kilómetros de Santa María del Berrocal, donde familiares, amigos y vecinos velaron sus cuerpos y les dieron su último adiós.


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