Lleva 10 años de párroco en Cantillana y 25 de sacerdote. El papa Juan Pablo II lo ordenó en Valencia durante su primera visita a España. Fernando García acaba de celebrar sus bodas de plata con una misa y un almuerzo al que asistieron familiares, amigos y miembros de la parroquia.
Nacido hace 49 años en Sevilla y con siete hermanos, recuerda como un momento "muy emocionante" el vivido hace 25 años y de los que está en Cantillana desde 1997. Sobre la situación de la Iglesia Católica tras todo este tiempo en el que lleva tan comprometido cree que "en el aspecto doctrinal se mantiene como siempre, aunque la doctrina se va adaptando a los tiempos conservando las ideas y ahora los sacerdotes y el pueblo en general procuran guardar más la fidelidad a la doctrina, la liturgia... y en aquellos tiempos se cuidaba menos".
En cuanto a la falta de vocaciones actualmente, la ve con matices. "Sevilla ordena todos los años de 10 a 12 sacerdotes". Es más apunta que en el entorno al que pertenece, que abarca desde Cazalla de la Sierra hasta La Rinconada, hay unos 40 sacerdotes: "Y el cuarto cura más viejo soy yo". Cree, en cualquier caso, que el problema de falta de vocaciones en otros puntos se debe también en parte "a la bajada de la natalidad".
De Cantillana se muestra muy orgulloso. "Por ejemplo, los cultos de las hermandades en Cantillana son un lujo y para mí es un orgullo presidirlos y, después hay otro aspecto, que podríamos denominar de las intrigas, que yo desconocía totalmente y del que aquí he aprendido todo: los recovecos, la planificación para conseguir las cosas...", cuenta.
