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El párroco de Mairena del Alcor gana un premio con su libro sobre fray Bartolomé de las Casas

Ramón Valdivia desmonta el mito del controvertido clérigo y destaca su profunda religiosidad en una publicación que está a punto de ver la luz

el 02 nov 2009 / 18:32 h.

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Para bien o para mal, fray Bartolomé de las Casas no fue el Che Guevara de los indios como muchos creen por lo difundido a lo largo de la historia. Lo revela en un libro el párroco de Mairena del Alcor Ramón Valdivia, licenciado en Derecho, doctor en Filosofía y ganador de la última edición del concurso de monografías Nuestra América, que conceden cada año la Diputación de Sevilla, la Universidad de Sevilla y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La obra ganadora lleva por título La dimensión religiosa de la libertad en Bartolomé de las Casas, y el jurado la destacó por la fuerte vocación americanista del personaje, en consonancia con el espíritu del certamen. El premio está dotado con 4.200 euros. La Universidad de Sevilla se encargará ahora de editar el volumen. En sus 400 páginas trata de poner al fraile, natural de Sevilla y que vivió entre 1484 y 1566, en su sitio. Y es que, según su autor, desde el fallecimiento del longevo religioso -vivió 82 años de la época- su figura y legado fueron perseguidos por el maniqueísmo de tirios y troyanos. O sea, entre los seguidores de la teoría de la liberación y los imperialistas.

Si algo tiene claro este cura, tras dos años de estudios e investigaciones en torno al fraile, es que éste, ante todo, fue un personaje plenamente religioso que no se sometió ni a la ideología liberal ni a la conservadora, sólo a un evangelio que consideró el santo y seña de su sentido de la vida y la del resto de los hombres. Por esta claridad de mensaje, recurrente según el autor a lo largo de su inmensa obra, "sorprende el sesgo intencionado de siglos alrededor de fray Bartolomé de las Casas, hasta llegar a considerarlo algunos el Ché Guevara de los indios". Un aserto que, en opinión del escritor, "no es más que un mito, el sesgo fruto de la controversia ideológica".

De hecho, y pese a que su compromiso con los indios "fue cierto y total, como también lo fueron los abusos de algunos desaprensivos que no pocos poderosos obviaron", estos episodios sólo ocupan un pequeño apartado dentro del conjunto de la dilatada obra del dominico. El autor de este libro se encargó los últimos dos años de escudriñar minuciosamente estos aspectos recurriendo a las bibliotecas romanas y pontificias, entre otros archivos y centros del saber.

El autor, por lo que le revelaron estos escritos, reconoce que en él mismo cambió la imagen que tenía del protagonista que estaba estudiando: desde la etiqueta de díscolo que se le había colocado hacia la figura de un pastor sin fisuras con la iglesia católica. En todo caso, el libro constata la vigencia y actualidad de un personaje cuya ideología sigue influyendo en los pensadores contemporáneos. Por todo ello, el párroco de Mairena del Alcor presume de un texto que, además de desvelar las verdades de fray Bartolomé de las Casas, es "ameno de leer, aunque no sea divertido", dado su carácter de "tocho".

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