Carlos Cherry debía ser el único jugador sevillano sobre la pista el próximo domingo en San Pablo. Iba a protagonizar una situación personalmente especial: ayudar a salvar al equipo que le paga, el Granada, a costa de meter en serios apuros a su equipo de corazón, el Cajasol. Su escafoide le ha librado de ese trago, aunque hubiese preferido saltar a la pista.
Le espera el quirófano mañana en Granada. Le van a reparar ese pequeño hueso que es el escafoide de su mano derecha que se fracturó tras una caída en el partido del pasado domingo ante el Ricoh Manresa. Estará en San Pablo, con el brazo escayolado, en el banquillo nazarí tratando de dar ánimos a sus compañeros.
"Mira que me he tirado miles de veces al suelo en un partido y no ha pasado nada, pero así son las cosas. Es una lástima, no sólo porque quería estar en este partido, sino porque me encontraba muy bien para encarar el final de liga a tope tras superar los problemas de espalda que me han tenido doblado", lamentaba el jugador forjado en la cantera cajista, quien no duda en calificar el duelo de "totalmente dramático".
"Me encantaría jugarlo, pero así son las cosas y espero que mi equipo dé la cara. La situación es muy complicada y creo que incluso el que gane no se puede dar por salvado. Lo que espero es que Estudiantes no gane y nos salve a los dos", dijo Cherry, quien no confía en exceso, tal y como están las cosas, ni en uno ni en otro equipo.
"No estamos bien y fuera nos cuesta más. El Cajasol tampoco está fuerte, aunque la victoria en Murcia es fundamental para ellos. Yo espero que podamos mantener la tensión y que lleguemos igualados al final, porque con nuestra confianza actual si el Caja se va en el marcador será difícil remontar".
Encuentra similitudes en los puntos débiles de ambas escuadras, puesto que señala al juego interior. "Por fuera nos buscamos bien las habichuelas de una u otra forma, pero para nosotros viene siendo un problema importante el rebote. Concedemos muchas segundas opciones y eso nos mató contra Manresa, y antes en otros partidos. Si el Caja no nos rebotea mucho habrá opciones, si no...".
Se le cuestiona sobre la transformación de un equipo que llegó a rozar la clasificación para la Copa, y que ahora, tras cuatro derrotas seguidas, se ve metido en problemas con el descenso. "Es que estuvimos a 45 segundos de meternos en la Copa. No sé, las lesiones nos han afectado mucho, hemos sido muy irregulares, en la rotación interior hemos bajado muchísimo, han llegado los nervios... el otro día fue fuerte lo de las protestas contra el entrenador (Sergio Valdeolmillos), esa debilidad en el rebote está dando mucha inseguridad al equipo...".
A propósito de Estudiantes, le cuesta creer que acabe descendiendo. "A ver contra el Fuenlabrada, es un partido decisivo para todos y nosotros nos tenemos que enfrentar aún con ellos. Pero es que hemos hecho muchos méritos para estar así: perdimos contra León, Fuenlabrada, Manresa...".
Para él ha terminado la temporada en un momento crítico. Le espera la recuperación de su mano y ver qué le depara el futuro, porque acaba contrato. "¿Volver al Caja? Sería un gustazo y un lujo".
