-Llega a la portavocía tras siete años de edil. ¿Será una etapa de continuidad en el grupo?
-Siempre que hay un cambio de personas, hay un cambio en la manera de hacer las cosas. Todos no somos iguales. Posiblemente, Esther Gil en Triana intente darle su toque personal al distrito. Cada persona tiene su manera de trabajar, pensar y hacer las cosas. Pero en estos años se ha hecho un buen trabajo y en la filosofía, el modelo de trabajo, no vamos a cambiar. Tenemos que seguir mirando a los ojos a los ciudadanos y decirles que tenemos un proyecto ilusionante en el que tienen cabida todos los sevillanos.
-¿Hay entonces cosas que sí deben cambiar?
-Las cosas que deben cambiar serán analizadas en el seno del grupo y del partido. Y esas cosas que puedan o deban cambiar serán vistas por los ciudadanos. Lo que hay que mejorar será una cuestión del grupo, y ya se verá.
-¿Debe haber un mayor distanciamiento con IU, ahora que sólo queda un año para las elecciones municipales?
-Por encima de eso hay que conseguir cumplimentar el pacto de gobierno. Hay un acuerdo que se firmó hace tres años y que hay que cumplir, por respeto también a las dos fuerzas políticas que llegaron a ese pacto en 2007. A partir de ahí siempre hay matices, y hay una diferenciación clara entre el grupo mayoritario, el PSOE, e IU. Siempre hay matices, desde la lealtad del pacto de gobierno. Pero de cara a las elecciones tendremos que plantear el modelo de ciudad que cada uno pretende. El PSOE aspira a gobernar en Sevilla como fuerza única y mayoritaria, e intentaremos siempre buscar nuestro espacio y programa político. Siempre sin poner en riesgo la gobernabilidad del Ayuntamiento.
-¿Qué papel debe tener el alcalde en su último año? Ha incrementado su control del grupo y del Gobierno...
-Es el alcalde hasta mayo de 2011. Y en calidad de alcalde forma parte del grupo socialista y tiene que tener si cabe un mayor protagonismo. Pero eso no quiere decir que solape el trabajo de otros compañeros del Gobierno, incluido el portavoz, ni mucho menos. Cada uno tiene un papel dentro del grupo y del Gobierno, y el alcalde deben cumplir el suyo. Quizá antes pudiera salir menos, pero no voy a entrar a valorar eso.
-¿Se ha gestionado todo el relevo demasiado mal? ¿No se debería hacer autocrítica?
-A lo mejor, pero ha sido más un run run mediático que otra cosa. Las cosas que pasan deben quedar en el partido y en las reuniones del alcalde con el secretario general.
-Usted ha sido el único edil en la Ejecutiva. El alcalde siempre ha lamentado la falta de apoyo. ¿Ha faltado respaldo del PSOE al Gobierno local?
-No. El PSOE siempre ha dejado muy claro que respaldaba en todo momento la acción del Gobierno de la ciudad, y ese debate forma parte a lo mejor de algunos comentarios interesados de cualquier entorno, pero públicamente el respaldo a la figura del alcalde ha sido total y absoluto.
-¿Toca ahora un cambio de rumbo del Gobierno?
-Hemos implantado un modelo de ciudad y unas medidas que están dando resultado. El run run mediático y el interés del PP por deslegitimar al Gobierno y sus acciones forma parte más de una actitud mezquina. El Gobierno ha sido valiente, ha puesta la ciudad patas arriba. No debemos cambiar la filosofía en cuanto a Gobierno. Ya sólo queda rematar la gestión que estamos llevando a cabo, decirles a los ciudadanos que hemos cumplido y proponerles ideas nuevas.
-¿Va a tener más presencia, más control el PSOE?
-No debe tener demasiada presencia. La misma que ha tenido en este tiempo. El Gobierno no está descabezado, tiene su alcalde y sus delegados. No hemos dejado de trabajar. No creo que haya un vacío y que el partido intervenga para cubrirlo. El partido se preocupa por la gestión en Sevilla como en cualquier otro municipio.
-Pero a este alcalde le queda un año. ¿Tendrá autonomía?
-Evidentemente, sólo que el partido siempre refuerza las opiniones, la gestión. Somos del PSOE y el partido debe estar pendiente de lo que se hace. Pero el Gobierno será el que gobierne.
-¿Y habrá entonces más irrupciones como la de Tussam?
-No lo sé. Creo que no. Entre otras cosas porque no creo que haya sido una intervención en una cuestión municipal. En la reunión de Tussam no se acordó nada, simplemente había una cuestión: los sindicatos, con unos 300 trabajadores, se plantaron en la caseta del partido y lo único que hizo la Ejecutiva fue resolver ese problema incómodo. No para el partido, sino para la Feria. Eso implicaba mantener una reunión. Los sindicatos sólo cogieron ese resquicio para desconvocar la huelga. La situación es complicada. Tenemos que buscar la paz social pero con tranquilidad y sin amenazas de huelga.
-¿No se pagó un precio demasiado caro por ese problema?
-Son las circunstancias. Cuando se toman las decisiones a veces no se piensa en los efectos colaterales que pueden tener. Había un problema en la caseta del PSOE y se intentó resolver.
-Ahora queda un año para buscarle un hueco al candidato. ¿Cómo se puede hacer?
-Lo que más tenemos que coordinar son los mensajes y las ideas, y evitar cualquier tipo de opinión o reflexión personal sobre lo que uno diga o vaya diciendo. Ya hay poco margen de decisión porque los proyectos están en fase de finalización, y lo que hay que hacer es cerrarlos. El candidato debe aportar propuestas nuevas e ideas, y nosotros desde el grupo intentaremos resolver todas las cuestiones para llegar con los deberes hechos.
-¿Espadas será un buen candidato?
-Podría serlo. Le conozco personalmente, y sería una persona buena para la ciudad.
-¿Qué puede aportar?
-Ha mostrado estos años en la Junta un perfil de buen gestor, dialogante, sereno, cercano. Creo que son cualidades que destacan excelentemente. Y está muy preocupado por los problemas que hay. Son buenos argumentos para ser un buen alcalde de Sevilla.