"Éramos una familia", recuerda el que fuera director de la actual Ingeniería de la Edificación durante 20 años, Pedro Muñoz González, que a sus 90 años de edad puede presumir de una cabeza privilegiada y un físico envidiable. De aquella época, recuerda la labor como profesor de Dibujo del ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra. "Todo hay que decirlo: fue un fiel cumplidor. No faltó nunca a clase".
El patio donde se celebró el acto estaba a rebosar de estudiantes. Cualquiera diría que estaban ávidos de escuchar los discursos oficiales. Nada más lejos de la realidad, tal y como desveló el rector Joaquín Luque. Una tarta gigantesca -y de una pinta estupenda- fue el mejor reclamo para que el acto contara con la participación de los más jóvenes. El ambiente festivo hizo recordar al profesor Miguel García Gea, uno de los docentes fundadores de la antigua Aparejadores, "la hermandad extraordinaria que había en mi época". Y todo "pese a la lucha para conseguir mantener esta escuela al margen de las dificultades económicas". Hay cosas que no cambian en la Universidad así pasen cincuenta años.
Nino Álvarez tiene 65 años y, aunque debería jubilarse este curso, "voy a seguir hasta los 70, porque a mí la Escuela me da vida". Este profesor de Proyectos de Arquitectura entró en el centro en 1963, siendo entonces director Alfonso Balbontín. "Los de mi promoción somos los policarpos porque instauramos a San Policarpo como patrono. Lo malo es el día: el 28 de febrero", relató. De aquellos comienzos se acuerda del buen ambiente entre compañeros, de las noches de estudio en la Escuela, de las dos vaquillas que soltaron en el patio del Pabellón de Brasil -con el permiso del director y del Gobierno-... Con la perspectiva del tiempo, Álvarez defiende que cada época tiene lo suyo, pero sí que llama la atención sobre algunos puntos negros de la carrera: "Los alumnos vienen peor preparados y algunos están aquí por accidente. Diría que un 5% no reúne las condiciones para ser arquitecto". Dicho queda. El 14 de noviembre de 2035 todos quedaron emplazados para comprobar cómo hemos cambiado.