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El paso del ecuador más movido

Han pasado sólo dos años, pero el mandato municipal 2007-2011, el de la crisis, está cargando de plomo las alas de los ayuntamientos. Lo curioso es que la hecatombe económica mundial no está de manera directa tras el adiós de los ocho alcaldes que dimitieron y no cruzaron el ecuador de este periodo, una lista a la que a finales de año se unirá un noveno caso cuando se produzca el relevo entre el PDB y el PP en Bormujos, como está pactado.

el 16 sep 2009 / 03:35 h.

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Han pasado sólo dos años, pero el mandato municipal 2007-2011, el de la crisis, está cargando de plomo las alas de los ayuntamientos. Lo curioso es que la hecatombe económica mundial no está de manera directa tras el adiós de los ocho alcaldes que dimitieron y no cruzaron el ecuador de este periodo, una lista a la que a finales de año se unirá un noveno caso cuando se produzca el relevo entre el PDB y el PP en Bormujos, como está pactado.

La cifra es más que un simple dato por dos cuestiones. Por un lado, porque varias dimisiones estuvieron acompañadas de profundas crisis en el gobierno local o de turbios asuntos en los tribunales, y por otro porque es un número elevado cuando faltan todavía dos años. Sirva para comparar que en todo el mandato 2003-2007 hubo cambios en 15 alcaldías, y tres de ellos fueron por defunción.

Pero estos dos años no sólo han estado marcados por las salidas, sino también por el cambio radical en el panorama de las administraciones locales debido a la crisis, con una merma en sus ingresos de más del 50% al desplomarse las licencias de obras.

Esto ha obligado a las otras administraciones a salir en auxilio de la que es la más cercana a los ciudadanos, con el Fondo Estatal de Inversiones Locales (FEIL), el Proteja y los planes de la Diputación. Los consistorios sí han demostrado una gran capacidad para gestionarlos con agilidad, ya que tenían unos plazos muy limitados para su puesta en marcha. Esto ha permitido también a la institución provincial demostrar su utilidad -fue la primera en reaccionar para ayudar- cuando su papel sigue cuestionado. Eso sí, en lo que coinciden muchos alcaldes es en que tendrá que haber una segunda edición, y quizá una tercera.

Uniones. Con este panorama de fondo, en estos dos años ha habido un acercamiento que el PSOE e IU no supieron -o no quisieron- mantener con la conformación de los gobiernos locales, pero por el que luego sí apostaron cerrando alianzas en La Algaba, Camas y Cantillana. Son, en todo caso, uniones no siempre bien avenidas, sujetas incluso a amenazas de ruptura, como se ha visto sobre todo en Camas y en La Algaba, entre otras cosas porque dentro de la propia coalición de izquierdas hay división a la hora de afrontar la relación con el PSOE, según si se mira desde la óptica provincial o desde la regional.

Precisamente el Ayuntamiento de Camas no termina de encontrar la calma tampoco este mandato, tras el complicadísimo anterior, cuando varios miembros del equipo de gobierno terminaron imputados por presunto cohecho, un caso que colea esta legislatura. De este modo, sólo en las dos últimas semanas cayeron tres alcaldes y el último que dejará de serlo oficialmente será el de Camas, Juan Pazos (expulsado de IU), cuando mañana el pleno tome nota de su decisión.

Su expulsión de IU, por haber pactado con el PSOE con la asamblea en contra, y el posterior ultimátum de los socialistas para que dejara el poder al haber perdido el apoyo de la mayoría de sus concejales (con amenaza de una moción de censura incluida), le obligaron a anunciar su dimisión, tras una tímida resistencia. El PSOE, con su portavoz municipal Rafael Recio, se prepara para tomar un poder que ansía desde 2005, cuando presentó una fallida moción de censura. Esta vez, los socialistas se sienten legitimados para llevar el bastón de mando, por ser la lista más votada, aunque con los mismos ediles que IU (nueve).

Mientras, la semana pasada dimitió Justo Padilla (PSOE), que llevaba gobernando con mayoría absoluta desde la llegada en 1979 de la nueva democracia a los consistorios. En su cese alegó motivos personales, de hecho hacía tiempo que había manifestado su intención de irse. Otros, sin embargo, relacionan su renuncia con las causas que tiene pendientes en los tribunales por supuestos delitos urbanísticos. Es más, una decena de munícipes -algunos ya fuera del poder- siguen pendientes de los tribunales por hechos similares.

Los delitos urbanísticos precisamente fueron los que empujaron a José Juan López (PSOE) a dejar el Ayuntamiento de Burguillos, acosado también por los acreedores en un pueblo demasiado dependiente del ladrillo.

Las otras razones que explican esta cascada de renuncias de regidores hay que encontrarlas tanto en los propios cambios en la Junta de Andalucía tras los comicios de 2008, que auparon a varios alcaldes a otros cargos, como en la crisis interna por la que pasó el partido que (con 74) más alcaldías controla en la provincia, el PSOE, que no sólo defenestró a algunos, sino que también trajo consigo una depuración en la Diputación.

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