500 años han pasado desde que el Alférez Mayor de Carmona ondease el Pendón Real durante las batallas contra los musulmanes. Unos siglos que no han pasado en vano para una pieza que aúna los valores históricos y sentimentales de los carmonenses.
La climatología, el mal almacenamiento y, sobre todo, el paso del tiempo provocaron que el símbolo de poder de la Carmona cristiana acabase siendo un trozo de tela olvidado en un cajón.
Un proyecto conjunto del Ayuntamiento de Carmona y la Consejería de Cultura han permitido que la pieza vuelva a relucir con todo su esplendor.
La estrella de ocho puntas que conforma el pendón nunca hubiese pensado que seis meses de tratamiento en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) le devolverían a su posición original, enseña de la localidad.
No se conoce el año del que data el pendón aunque en el Archivo Municipal de Carmona se recoge un documento del 13 de agosto de 1479 donde se menciona la existencia de este emblema para representar a los soldados carmonenses en la lucha contra los musulmanes.
Un valor histórico que sin duda ha tenido en cuenta el IAPH en su restauración, para la que se han empleado técnicas conservativas ya que de la pieza original sólo queda un 10%.
Ayer tuvo lugar el acto de entrega a la ciudad de su histórico pendón. La consejera de Cultura, Rosa Torres, fue la encargada de devolver la pieza a los carmonenses. En el salón de plenos del Ayuntamiento se congregaron multitud de vecinos y representantes de la cultura local para acoger con los brazos abiertos la tan querida insignia.
El alcalde de Carmona, Antonio Cano (PSOE), desveló los posibles destinos de exposición de la pieza: presumiblemente, se podrá contemplar en el Alcázar de la Puerta de Sevilla o en el Museo de la Ciudad.
