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El perfil bajo de Zoido descoloca al PP

Diputados populares achacan el papel modesto de su presidente frente a Griñán a la "falta de liderazgo e interés".

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El presidente de los populares andaluces, Juan Ignacio Zoido, en un momento del pleno en el Parlamento.

Tercera sesión de control al Gobierno andaluz desde la vuelta de las vacaciones. Tercer cara a cara entre el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y el líder del PP-A, Juan Ignacio Zoido. Una vez más, la intervención del sucesor de Javier Arenas supo a poco en sus propias filas. El perfil bajo que demostró Zoido en el Parlamento descolocó a su partido. En las filas populares hay quien lo achaca a una "falta de rodaje" porque hace poco que se estrenó en el cargo. Otros, en cambio, apuntan a un "desinterés" porque sus esfuerzos están centrados en la Alcaldía de Sevilla y, lo que es más importante, hay dirigentes del partido que no ocultan que está quedando patente una "falta de liderazgo" en el grupo popular.

Zoido subió a la tribuna de la Cámara para preguntar a Griñán sobre las relaciones financieras. El título de la pregunta es orientativo y, de hecho, su antecesor solía colar ahí cualquier asunto que pudiera hacer daño a su rival político. La intervención del presidente de los populares no tuvo ningún hilo argumental y éste tampoco fue vehemente en su exposición. Volvió a pedir a Griñán que convoque a los alcaldes -ejerciendo de regidor de la capital andaluza-, pidió aclarar las cuentas andaluzas cuando el Gobierno de Mariano Rajoy alaba el trabajo de la Junta, habló de la deuda histórica o de planes especiales de empleo para Andalucía que en realidad nunca han existido. A Zoido se le vio de nuevo perdido. No cosechó grandes aplausos de su bancada. A Arenas los suyos lo jaleaban constantemente.

El rifirrafe tuvo, de nuevo, un vencedor claro y se confirmó el papel de superioridad de Griñán respecto a su rival en el Parlamento, aunque el presidente no ha protagonizado sus mejores debates últimamente. No le hace falta. Él mismo se jactó en un corrillo con periodistas de prepararse mejor las preguntas del grupo socialista -que son un mero trámite para el presidente- que para el careo con el líder del PP. Preguntado por si echaba de menos a Arenas, Griñán contestó que al menos éste le generaba "tensión". Durante el pleno, a Griñán se le vio relajado y pudo asestar varios golpes a su contrincante. Le retó a defender a Andalucía cuando el Gobierno central "ataque" a esta tierra y a defender las medidas del Gobierno y "no a mirar para otro lado".

En la legislatura más complicada de la autonomía, Griñán lo tiene más fácil que nunca en el Parlamento. Si Zoido, de momento, no representa un quebradero de cabeza, tampoco lo es IU, su socio de Gobierno, con el que no hay tensión alguna. Ayer el presidente coincidió con el portavoz de la federación de izquierdas, José Antonio Castro, en que hay que avanzar hacia una reforma fiscal que grave más a los más ricos, a los que contaminan y menos a la clase media "asfixiada" para hacer acopio de recursos y amortiguar así los efectos de los duros recortes exigidos para cumplir con el déficit. Con la pregunta del portavoz socialista, Francisco Álvarez de la Chica, Griñán se explayó sobre su papel en la reciente Conferencia de Presidentes Autonómicos.

SIN RUMBO
Nada más terminar la sesión de control, las comparaciones entre Zoido y Arenas fueron de nuevo inevitables. Tanto Arenas como Griñán son dos grandes parlamentarios y sus enfrentamientos quincenales elevaban el nivel del debate. La modesta intervención del nuevo líder del PP-A motivó movimientos internos en el partido. Algunos diputados populares pidieron un tiempo de gracia para Zoido, que necesita "más rodaje". Ellos mismos admitieron que, a tenor del resultado, parecía que el debate no estaba bien preparado.

Alicia Martínez, diputada y una de las personas de la confianza del líder, es quien le escribe la intervención en el pleno, según fuentes populares. A medio día, Zoido almorzó en el comedor del Parlamento con su equipo: Martínez, el protavoz Carlos Rojas; el secretario general del partido, José Luis Sanz; Ana Corredera o Loles López Gabarro.

Otros dirigentes apuntan a motivos "más preocupantes", como el "desinterés" de quien aceptó a regañadientes el reto de presidir el PP-A tras la marcha precipitada de Arenas a Madrid. Zoido deja claro que su prioridad es Sevilla cada vez que se le pregunta si optará o no a la Junta en las próximas autonómicas. Ese discurso envuelve de interinidad su mandato. Un diputado popular sostuvo que Zoido intenta trasladar a la política regional su éxito en la Alcaldía de Sevilla -arrasó en las urnas tras cuatro años de oposición a pie de calle-, de ahí que apele constantemente a las deudas de los ayuntamientos y enarbole la bandera del municipalismo. De momento, la micropolítica no le está funcionando en el Parlamento andaluz y, lo que es "más grave" para algunos dirigentes, su estrategia evidencia una "falta de liderazgo tremendo" en el grupo más numeroso de la Cámara -50 diputados- y el único que ejerce la oposición.

Solo el tiempo dirá si Zoido, a quien Arenas puso en el cargo en connivencia con la número dos de Génova, Dolores de Cospedal, se consolida como el líder fuerte que el PP-A necesita o si deja paso a alguien con más empuje y capaz de ilusionar al batallón popular.

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