Cultura

El piano prodigioso de Herbie Hancock sonará esta noche en el Maestranza

Una leyenda indiscutible del jazz visita esta noche Sevilla: el pianista Herbie Hancock, síntesis perfecta de talento artístico y comercial, se presenta hoy (20.30 horas) en el Teatro de la Maestranza dispuesto, como siempre, a ensanchar horizontes musicales.

el 15 sep 2009 / 17:42 h.

Una leyenda indiscutible del jazz visita esta noche Sevilla: el pianista Herbie Hancock, síntesis perfecta de talento artístico y comercial, se presenta hoy (20.30 horas) en el Teatro de la Maestranza dispuesto, como siempre, a ensanchar horizontes musicales.

Mentes estrechas, abstenerse: el músico que subirá hoy a las tablas del primer coliseo hispalense es cualquier cosa, menos un intérprete adocenado. Su capacidad para saltar sin descanso de un estilo a otro, muy cuestionada por la crítica más purista, no sólo no impidió la forja de un estilo propio, sino que contribuyó a su desarrollo enriqueciendo el sonido de Hancock hasta cotas difícilmente imitables.

Nacido en Chicago en 1940, Hancock fue un precoz pianista antes de internarse por los vericuetos del jazz. Su tema Watermelon man -que haría popular el espléndido percusionista cubano Mongo Santamaría- fue un éxito nada más aparecer su debut discográfico, Takin' Off (1962). Más de treinta álbumes después, puede decirse sin temor que Hancock ha hecho de todo, y todo lo ha hecho bien.

Fue autor de la banda sonora del filme Blow Up, de Michelangelo Antonioni, a la que seguirían empeños similares como Colors, Jo jo Dancer, Action Jackson y Harlem nights; alcanzó una enorme popularidad con una sorprendente y pionera fusión de jazz y funk plasmada en su trabajo Fat Albert Rotunda, y más tarde en el evolucionado Head Hunters; rebuscó en sus ancestros africanos en repertorios como el de Jazz Africa, junto al monstruo de la kora gambiana Foday Musa Suso; e inclusó experimentó con el tecno en Perfect machine.

Desde la música clásica al rock, el pop, el blues y hasta el hip hop, no hay palo que no haya tocado. Ha tocado con fortuna el piano acústico, el clavinet y el piano eléctrico. Entre sus composiciones más celebradas, destacan hitos como Cantaloupe Island -versionada con enorme repercusión por los raperos británicos US3 en su tema Cataloop-, Chameleon o Rockit, los cuales le han valido una frecuente presencia en las listas de éxitos.

La lista de músicos que han compartido con él escenario y estudios de grabación no es menos impresionante. Empezando por Miles Davis, sin duda decisivo en su primer estirón como creador, la nómina comprende nombres como Wayne Shorter, Ron Carter, los hermanos Marsalis, Marcus Miller o George Benson. Pero no sólo de música está hecha la leyenda de Herbie Hancock: su sentido del espectáculo -también muy criticado por ciertos sectores de la crítica y el público- y su afán comunicativo resultan indisociables de su figura y de sus composiciones. Un concierto de Hancock no es cualquier concierto de jazz.

Asiduo visitante de los escenarios españoles, Hancock se presentó el pasado mes de julio en el Festival de Vitoria acompañado por una portentosa banda en la que figuraban el saxofonista Chris Potter, el bajista Dave Holland y el batería Vinnie Colaiuta, entre otros. Esta vez vendrá escoltado por los músicos James Genus al bajo, Lionel Loueke -que también estuvo con él en el citado concierto- a la guitarra, la harmónica de Greore Maret y Kendrick Scott a la batería.

Por muy discutidas que hayan sido sus propuestas, ni siquiera los más feroces detractores niegan a Herbie Hancock la altura de intérprete admirable y de creador valiente. Esta noche estarán, mezclados con los fervientes seguidores, en el patio de butacas del Maestranza.

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