I.C.
En el segundo intento de darle un empujón definitivo a la implantación del plan de calidad de educación, la Consejería tampoco ha logrado que haya un apoyo mayoritario al proyecto. Con las nuevas incorporaciones, el 44% de los centros participará. Secundaria sigue siendo mayoritariamente contraria al plan: sólo un 20% de los institutos participará en él.
La segunda oportunidad que ha dado la Junta a su Plan de Calidad y Mejora de los Rendimientos escolares ha elevado el número de centros que participarán, pero no ha llegado a las expectativas de la Junta, a pesar de que la Consejería de Educación rebajó los requisitos y que ha hecho un esfuerzo por dar a conocer sus virtudes, tras admitir que en la pasada legislatura faltó pedagogía en los centros para explicar el contenido del programa.
Son 316 los nuevos centros que se han sumado. Para incorporarse, en esta segunda convocatoria los centros era necesario el apoyo de los dos tercios de los profesores presentes en la reunión del claustro convocada al efecto mientras que en la primavera pasada, en el primer intento, se necesitaba que dos tercios del total del claustro diese su sí. Con esas incorporaciones son 1.483 los centros que participan en Infantil, Primaria y Secundaria, un 44% del total frente al 35% de abril pasado. Sólo un tercio dijo sí al plan estrella de la Consejería que entonces dirigía Cándida Martínez.
Ahora como entonces, el gran pinchazo de la Consejería sigue siendo en los institutos. La escasa aceptación que tuvo el plan en los centros de Secundaria no se ha logrado corregir y sólo un 20% de los institutos (174) se acogen al plan. Son más (en primavera sólo fue un 14%), pero de una forma muy tímida.
Que el plan de calidad no había calado en los claustros fue una constatación clara en plena campaña de las elecciones autonómicas, cuando maestros y profesores empezaron a enterarse del contenido del programa, que contó con el rechazo frontal de la oposición. En marzo pasado, la Consejería de Educación hizo una nueva lectura de la orden que regula el plan y desplegó toda su artillería para intentar enmendar la situación. Antes de verano, el objetivo de la Junta era que más del 50% de los centros se sumase al proyecto para la mejora de la enseñanza.
El Gobierno andaluz ofrecía 7.000 euros a cada profesor por comprometerse a mejorar el rendimiento de sus alumnos. El programa introducía indicadores objetivos de evaluación (rendimiento escolar, trabajo del profesorado, convivencia escolar y participación de las familias), unos criterios para valorar éxito (realización de pruebas de diagnóstico, tasa de promoción y titulación o absentismo escolar) y, finalmente, los incentivos económicos.
