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El plano de la catedral de Sevilla

El arquitecto Alfonso Jiménez, "el que mas sabe de la catedral de Sevilla", ha confirmado que el plano encontrado por la investigadora cántabra Begoña Alonso en el convento de Vidaurreta, Oñate (Guipúzcoa), corresponde a la planta mas antigua conocida del monumento.

el 15 sep 2009 / 08:21 h.

El arquitecto Alfonso Jiménez, "el que mas sabe de la catedral de Sevilla", ha confirmado que el plano encontrado por la investigadora cántabra Begoña Alonso en el convento de Vidaurreta, Oñate (Guipúzcoa), corresponde a la planta mas antigua conocida del monumento. Dibujada probablemente a raíz del terremoto de 1504, en el curso de la intervención de diversos maestros para atender a los daños sufridos por la fábrica, su reconocimiento viene a avivar el interés general por los estudios históricos del patrimonio arquitectónico, demostrando la incidencia de los valores del pasado en la autoestima de la ciudadanía.

La arquitectura española no ha sido afortunada en la preservación de sus antiguos documentos gráficos, muchos de ellos perdidos, por ejemplo en el incendio del Alcázar Real de Madrid en el que desaparecieron los documentos reunidos por orden de Felipe II. Pero este hallazgo demuestra que el esfuerzo de los historiadores y arquitectos competentes puede contribuir a hacer progresar el conocimiento y la puesta en valor de nuestros bienes patrimoniales. Un pasado que al substanciarse e interpretarse progresivamente se proyecta en el impulso presente de nuestra identidad contemporánea.

Muchos sevillanos, y entre ellos influyentes formadores de opinión de diaria presencia en los medios, son apasionados defensores de una identidad referida a lo ya acontecido, repudiando todo cambio que no se acomode a la pauta de su memoria. Creen que valorar los atributos del pasado, aunque se trate de "tradiciones" recientemente inventadas, es la única manera de defender la identidad de la ciudad. Es decir, solo cabe incrementar acontecimientos o intervenir en espacios si se compadecen con precedentes reconocibles.

Pero la historia demuestra lo contrario. Lo que el plano hallado en Vidaurreta nos rememora es que en Sevilla se construyó una inmensa obra tardía del gótico, estilo importado, sobre una drástica aunque selectiva demolición de la mezquita mayor almohade, en la que el culto cristiano tuvo lugar durante siglo y medio desde 1248. Las obras acometidas en 1401 duraron todo el siglo XV, por lo que el plano ahora dado a conocer respondería a ese momento histórico en el que las obras de esta "otra Iglesia, tal e tan buena que no haya otra su igual" tocaban a su fin, al tiempo que se ponía en crisis, y no solo por el terremoto de 1506, sino por el cúmulo de novedades que iban a sucederse durante "el largo siglo XVI", como denominó Fernando Marías a su extraordinaria obra sobre los usos artísticos del renacimiento español.

Aprovechen este acontecimiento y visítenla con mirada de "curioso impertinente". La sola historia de la catedral de Sevilla nos hace reflexionar y comprender el dinamismo en el que esta ciudad ha vivido siempre, con el testimonio de su arquitectura y sus espacios urbanos en sucesivas transformaciones. No son las novedades lo que nos deben preocupar, sino el que sean de calidad y contribuyan a enriquecer el patrimonio que hemos de transmitir.

Catedrático de Arquitectura de la Hispalense

vpe@us.es

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