La hermandad filial de San Benito Abad de Cantillana atesora y mantiene viva hoy una vinculación centenaria / Juan C. RomeroVINCIS
Era una de las cuentas pendientes de la oficialidad con una de las manifestaciones de la religiosidad popular de mayor arraigo en la provincia. Si en 2010 eran los vecinos de Castilblanco los que celebraban la concesión, por unanimidad del Pleno, de la medalla de oro de la villa para San Benito Abad, sumando a su condición de patrón el título de alcalde perpetuo, ahora son los cantillaneros los que celebran una buena nueva con la que se reconoce una vinculación histórica: la del pueblo de Cantillana con San Benito.
El Pleno del Ayuntamiento aprobó en la sesión celebrada el pasado jueves por unanimidad de todas las fuerzas políticas con representación municipal conceder la medalla de oro a la Fervorosa Hermandad del Santo Padre y Patriarca San Benito. La moción la suscribieron los 17 concejales que constituyen la Corporación Municipal con el voto afirmativo de PSOE, IU, PP y PA.
La concesión coincide en 2014 con el cincuenta aniversario de la proclamación de San Benito Abad como patrón de Europa, por parte del papa Pablo VI, con la carta apostólica Pacis nuntius, emitida el 24 de octubre de 1964 en Vaticano. Con la hermandad de San Benito de Cantillana inmersa en la celebración de este aniversario, con la programación de una serie de actos y cultos con carácter extraordinario, la imposición de la medalla de oro de la villa se prevé que tenga lugar en el mes de octubre.
La idea de solicitar al Pleno del Ayuntamiento el reconocimiento a San Benito por la devoción que desde tiempo inmemorial se le profesa, nació de la propia hermandad, y la hicieron suya diferentes agentes sociales, entusiasmados con la iniciativa, que contó con un instructor encargado de emitir el informe favorable que valoraron las fuerzas políticas en el Pleno .
En este informe, realizado por Eduardo Reina Rodríguez, concejal delegado de Cultura, se fundamenta que la devoción a San Benito se documenta desde el siglo XIII, según una referencia del historiador Antonio Linage en la que habla de las Coplas de San Benito que entonaban «en el Cerro del Andévalo y en algunas tierras de Sevilla, como Cantilllana». El informe reconoce igualmente la existencia de una imagen del Santo en el altar mayor de la Parroquia de la Asunción, de la que existen referencias desde 1707, y que se perdió en los sucesos de 1936. En cuanto a la historia de la propia hermandad de Cantillana, el informe constata que las primeras pruebas de su existencia datan del año 1778, en las que se hablaba ya de unas reglas y de unos cultos a San Benito. En 1951 se refunda la corporación cantillanera con Miguel Sastre, y retoman la actividad organizada como hermandad, siendo en 1955 padrinos de la filial de Brenes en su fundación.
El 27 de agosto de 1999 se recuperaba de nuevo, peregrinando hasta el santuario de San Benito en Castilblanco con su Estandarte, y desde hace unos años atesoran una reliquia, concedida por los monjes benedictinos del monasterio de Santo Domingo de Silos.
