La controversia es una de las señas de identidad del Polo Químico de Huelva. A pesar de que los empresarios insisten en que sus esfuerzos se han centrado en los últimos años en reducir el impacto medioambiental, muchos son los que ven con malos ojos su actividad, sumida en los últimos meses en una crisis que afecta de lleno al empleo, su principal valedor.
El Polo Químico de Huelva es, básicamente, polémico. Mientras sus detractores defienden que la alta contaminación que desprende llega incluso a hacer que la provincia onubense sea la que sufre el mayor índice de cáncer -como expone Greenpeace-, los empresarios aseguran que en los últimos años el impacto se ha reducido de manera notable. El hecho es que, aun contaminante, es uno de los focos de empleo fundamentales de Huelva -la actividad industrial representa el 10% del valor añadido bruto de la provincia y 15.000 empleos-, aunque éste también se ha visto sacudido en los últimos tiempos por la sucesión de una serie de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que han afectado a las principales firmas del complejo químico.
"El medio ambiente para la industria del polo es una prioridad, no un problema, porque se convierte en ello sólo cuando no se puede cumplir la normativa, algo que hace el sector ubicado en Huelva desde hace tiempo", destaca el presidente de la Asociación de Industrias Químicas y Básicas (AIQB) -asociación que aglutina a las 15 mayores empresas del sector-, Gerardo Rojas. De hecho, destaca que en diez años las emisiones a la atmósfera se han reducido en un 60% por cada tonelada producida.
"La gente tiene recuerdos de otras épocas y asocia el Polo con peligrosidad, sobre todo en lo referido a la industria química, aunque eso ya no es así, es una cuestión de la memoria colectiva", señala.
El último informe de la AIQB recoge que las inversiones específicas de este colectivo para la cuestión medioambiental fueron de 44 millones de euros, lo que supone un montante acumulado de 497 millones desde 1993.
Pero el problema medioambiental no es el único que acecha ya al Polo Químico. La crisis se ha cebado con esta zona productiva de Andalucía. "La industria de Huelva ha sido siempre un barco enorme, ya que no nos movemos mucho, aunque con la coyuntura actual sí que nos ha llegado una ola", reconoce.
Los motivos, dos fundamentales. El encarecimiento de las materias primas, sobre todo del petróleo durante el pasado año, que desestabilizó el mercado. El segundo, la caída tremenda del consumo, lo que ha supuesto que a menor demanda, menor producción y, por lo tanto, repercusión en el empleo, el principal argumento de la industria frente a las posiciones que la critican por su impacto en el medio ambiente y la salud de los ciudadanos.
Así, la crisis se ha traducido en importantes descensos de la producción y en la presentación de seis ERE en cinco empresas, algunos de ellos aprobados y otros en fase de negociación, que implican a 915 trabajadores, un dato en el que coinciden la AIQB en su informe anual sobre la situación en el Polo y los sindicatos. De estos ERE, el 75% serían temporales, mientras que el 25% restante, definitivos, si llegan todos ellos a concretarse.
Las cinco compañías que se encuentran inmersas en este proceso son Fertiberia, Nilefós, Tioxide, Ercros y Ence. En estos momentos todos sus expedientes están en ejecución y todos, excepto el de Ercros, contaron con el acuerdo entre empresas y sindicatos. Además, ha arrastrado a otras firmas auxiliares, entre ellas Logisur, dependiente de Fertiberia.
La administración no ha permanecido impasible ante esta crisis. El consejero de Innovación, Martín Soler, presentó recientemente la Estrategia para la Consolidación y Diversificación Industrial de la Aglomeración Urbana de Huelva 2009-13, que pretende impulsar la actividad de las empresas del sector y que contará con 160 millones.
El plan establece como retos la consolidación de la industria, su diversificación, el impulso de la innovación y la apuesta por la sostenibilidad y competitividad.
