La salida de Celestino Corbacho del Ministerio de Trabajo no se producirá hasta que se celebre la huelga general el próximo 29 de septiembre y el hecho de que vaya a esperar este mes para dejar su cartera no ha evitado que distintas fuerzas políticas arremetan contra su decisión, como el PP. La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, le acusó de dejar a los españoles “abandonados a su suerte” con “un nivel de parados que es récord histórico en la democracia” para ocuparse de los asuntos internos de su partido. “No nos merecemos ni en España ni en Castilla-La Mancha un gobierno que deje abandonados a los españoles a su suerte mientras ellos se ocupan de sus temas internos del partido decidiendo quiénes van a ser o no van a ser candidatos” para las próximas elecciones, manifestó Cospedal.
Y los populares no han sido los únicos críticos: CiU opinó que su presencia en la candidatura de Montilla “debilita” al PSC. Según el presidente de CiU, Corbacho no puede exhibir precisamente “las mejores credenciales para reforzar una lista electoral”, puesto que “es el ministro de Trabajo que lidera el paro en toda Europa y en todo el mundo desarrollado”.IU e ICV consideraron que su “huida” demuestra el “fracaso” del Gobierno en materia laboral y social; por su parte, ERC confió en captar el voto “catalanista” del PSC tras el desembarco de Corbacho, un hombre alejado de las posiciones nacionalistas que invaden ahora el PSC; y el PNV señaló que el Ejecutivo debe aprovechar para hacer más cambios.
Desde UGT no se quiso vincular la decisión de Corbacho con la convocatoria de la huelga, mientras que CCOO advirtió de que su marcha del ministerio no significará un cambio importante puesto que lo que es necesario modificar son “las políticas, no las personas”.En cambio, Corbacho cosechó los elogios del presidente del Congreso, José Bono (PSOE), quien dijo que se trata de “uno de los mejores ministros” del Ejecutivo.