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El PP adelanta al PSOE, pero no despega

Pocas veces una entrega del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) habrá admitido lecturas de tan distinto signo como la de ayer. El PP se muestra exultante porque por primera vez desde 2004 está por delante del PSOE en intención de voto.

el 16 sep 2009 / 06:20 h.

Pocas veces una entrega del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) habrá admitido lecturas de tan distinto signo como la de ayer. El PP se muestra exultante porque por primera vez desde 2004 está por delante del PSOE en intención de voto.

Le gana con un 40,2% de apoyo frente al 39% de los socialistas, cifra de la que extrae dos conclusiones: que los españoles quieren un cambio en el Gobierno para luchar contra la crisis y que "se han dado cuenta", en palabras de Esteban González Pons, de que la trama del Gürtel "no es un caso de corrupción del PP sino a costa del PP".

Por el contrario, los socialistas sostienen que el barómetro refleja que el PP "no despega", pues el trabajo de campo se hizo entre el 7 y el 13 de julio y en ese momento su ventaja era menor que la que obtuvieron en las europeas del siete de junio. Ambas interpretaciones tienen su parte de razón: el barómetro del CIS confirma la tendencia al alza acreditada por el PP desde hace un año y que se refrendó en los comicios europeos.

Pero, del mismo modo, se aprecia que el principal partido de la oposición no logra capitalizar en favor de sus intereses la gravísima situación económica. A pesar de los cuatro millones de parados, el PP sigue sin consolidar su ventaja sobre el PSOE, que mantiene la confianza de buena parte de su electorado. Cuestión bien distinta es el deterioro en la imagen de quienes nos gobiernan.

Y ahí sí que tiene un problema el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Todos los ministros del Gobierno suspenden en la valoración ciudadana. Rubalcaba es el único que se acerca al aprobado (se queda a una sola centésima), pero los demás están por debajo de la media.

Zapatero también se desgasta y se encuentra con que un 67,8% de los encuestados tiene poca o ninguna confianza en él, una situación que debería de preocuparle pero que se atenúa si se compara con el dato que ofrece un Rajoy en quien no confían casi el 80% de los españoles.

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