El PP cambiará a partir de ahora su estrategia. El presidente del PP, Mariano Rajoy, explicó ayer que la portavoz de su partido en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, dirigirá ahora sus preguntas en las sesiones de control al Gobierno a la vicepresidenta Elena Salgado en lugar de a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández De la Vega, como era habitual.
El motivo: que De la Vega está fuera de la comisión contra la crisis. "Soraya hace las preguntas a quien estima oportuno, y ahora efectivamente me ha dicho que las preguntas se las va a pasar a hacer a la señora Salgado", aseguró Rajoy. "Ella pregunta a quien cree que tiene más influencia, supongo, o a quien cree que tiene más capacidad de decisión. No lo sé exactamente. Habrá que preguntárselo a ella", añadió.
Esta exclusión de la comisión no parece haber disgustado a la vicepresidenta primera, quien aseguró que no le importa estar al margen para negociar acuerdos económicos. "Me faltan horas para poder hacer todo el trabajo que tengo", dijo. De hecho, el duelo que cada miércoles venían protagonizando De la Vega y Sáenz de Santamaría en la próxima sesión de control no se producirá porque la pregunta irá dirigida a Salgado, además De la Vega informó de que estará fuera de España, concretamente en Bruselas. La vicepresidenta primera ha respondido semanalmente a las preguntas del PP y durante la presente legislatura sólo faltó una vez, al estar convaleciente de una operación. Fue sustituida por Salgado.
Esta actitud de los populares hace pensar que el PP no va a facilitar el trabajo al Gobierno, aunque su líder fue el primero al que llamó Salgado para iniciar las negociaciones con los partidos para intentar resolver la crisis. Un encuentro al que el PP, que todavía no ha desvelado quién le representará, ya ha dicho que acudirá con escepticismo y con la premisa de no negociar nada.
Nuevo contrato. Lo que el PP sí planteará en la comisión es un nuevo contrato de trabajo fijo con una indemnización por despido proporcional al tiempo que haya pasado el trabajador en la empresa, anunció Rajoy.
El líder popular reiteró que su partido acudirá "sin ninguna confianza" a esa reunión con el Ejecutivo y volvió a desacreditar la utilidad de la comisión. "Que deje de marear la perdiz, de crear comisiones, y se ponga a gobernar", dijo el líder de la oposición, que insistió en que en materia económica no tiene "ninguna confianza" en Zapatero. Ante esta actitud de los populares, el jefe del Ejecutivo -que en principio no participará en las reuniones de la comisión- dio ayer a entender que sólo llamará a Rajoy para una cita a dos si ese encuentro bilateral fuera "determinante" para favorecer el pacto anticrisis.
Al margen de esta guerra siguen el resto de partidos, que sí están dispuestos a trabajar con el Gobierno, aunque con condiciones y sin darle carta blanca. Así, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida -promotor del pacto de Estado- afirmó que "consenso" ante la crisis significa que "hay que exigirle al Gobierno políticas nuevas" y que "lógicamente" el acuerdo "no puede basarse sólo" en propuestas del Ejecutivo.