No se puede decir que fuera algo inesperado. Desde el mismo momento de las elecciones había constancia en el municipio de discrepancias en el seno de la candidatura -e incluso de la salida con éste de varios militantes-, pero nada de esto se evidenció el pasado sábado 11, fecha de la constitución del Ayuntamiento.
"Sabíamos que iban a guardar las formas hasta el día 11, pero la inestabilidad era patente", afirmó ayer el portavoz de IU-CA, Tomás Arias, y añadió que "desde que conocimos el resultado de las elecciones -ocho ediles para PSOE y PP y uno de IU- y se nos preguntó con quién íbamos a pactar dijimos que ninguno era de fiar y, en el caso del PP, no teníamos muy clara la consistencia de los ocho ediles. No había cierre de filas".
La de Castilleja de la Cuesta es la primera ruptura en un grupo municipal que se produce en la provincia. Además, en unas circunstancias que se planteaban muy difíciles para la gobernabilidad, con un gobierno socialista en minoría y con la necesidad de llegar a acuerdos con los populares o con el edil de IU para aprobar cualquier propuesta. Ahora, otro edil entra en juego.
Le ha quitado peso al PP y al único edil de IU, que era quién tenía la última palabra en caso de empate: "Nos obligará a contactar con el concejal no adscrito para cualquier acuerdo y hace más complicada la matemática del pleno, pero más rico y puede que más interesante. No nos vamos a quejar", destacó Arias.
Por su parte, el alcalde de Castilleja de la Cuesta, Manuel Benítez (PSOE), mostraba su "máximo respeto, tanto al Grupo Popular como a la decisión de este hombre que si lo ha decidido sus razones tendrá y las conocerán en el seno de su partido". En cuanto a cómo afectará al funcionamiento del pleno, Benítez aseguró que "será acogido como otro grupo más del Ayuntamiento".
Manuel Sánchez Moya, estomatólogo y empresario, regresó al pueblo tras años en Cataluña.
Desde el Partido Popular de Sevilla no quisieron hacer ningún tipo de valoración sobre lo sucedido en Castilleja.