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El preciado valor del gol

De inicio, Mel optó por un 4-4-2. Pereira, Emana, Rubén Castro y Jorge Molina, titulares. Miguel Lopes, lateral. Al final, Momo y Ezequiel jugaron en banda. 

el 30 abr 2011 / 21:00 h.

De inicio, Mel dispuso a Pereira, Emana, Jorge Molina y Rubén.

La principal diferencia entre el Real Betis y los mortales de Segunda División es el gol, el preciado tesoro del que carecen sus enemigos y que en La Palmera exhibe altanero el conjunto de Pepe Mel. El Numancia, un plantel aseado cuando gestiona la posesión y un desconcierto en el repliegue, creó serios problemas en los primeros instantes gracias al acierto de Barkero y a la velocidad explosiva de Cedric, un diamante aún por pulir.  

En el primer acto, Mel dispuso un 4-4-2. El madrileño concedió el papel protagonista en la medular a Beñat e Iriney y ubicó en las bandas a Jonathan Pereira y el camerunés Achille Emana. La rapidez en las transiciones heliopolitanas era sofocada por el orden numantino hasta que Rubén Castro anotó el 1-0. De la intranquilidad a la calma en apenas unos segundos, el tiempo que transcurrió desde el zurdazo lejano de Barkero a la señal de magia y virtuosismo del canario.

En el segundo acto, el madrileño sustituyó a Emana por Cañas. El canterano asfixió la línea de creación rojilla y organizó el juego creativo con la colaboración de Beñat, que anticipó su posición natural. Los goles y la igualada del Celta contagiaron de confianza al plantel, que en las postrimerías formó con un 4-4-2 y con Momo y Ezequiel en los costados ofensivos.

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