Aunque Bruselas ya ha dicho que el cierre de la exportación de cereales por parte de Rusia a causa de los graves incendios acontecidos durante este verano en el país no tendrá efectos en el suministro de los miembros de la Unión Europea, lo cierto es que ya está teniendo consecuencias en los precios. Así se desprende de los datos aportados por la Consejería de Agricultura de la Junta, donde se refleja que los costes de este tipo de productos se han disparado en este mes.
De este modo, según la estadística sobre precios y mercados que realiza el departamento que dirige Clara Aguilera, los cereales han subido en porcentajes llamativos, tanto en variación interanual como en las últimas semanas. De hecho, en las cuatro anteriores a la del 20 de agosto fue donde se obtuvieron subidas más marcadas, coincidiendo con el anuncio ruso de cortar la exportación.
En este sentido, los ascensos se han dejado notar en la cebada, el trigo y el maíz que se producen en la comunidad andaluza. En el primero de estos cultivos, se observan alzas de hasta el 31% en comparación con la misma semana de 2009, lo que supone, en valores absolutos, un ascenso de 40 euros por tonelada. Es en la provincia de Córdoba donde más ha subido en relación al ejercicio pasado, mientras que la variación en siete días más fuerte se ha producido en Alhama (Granada), donde el precio de la cebada se ha encarecido un 25%, en concreto, en 30 euros.
También se apuntan alzas para este cereal en la provincia de Jaén (del 21% en tasa interanual y del 7% en la semanal) y en Sevilla (del 12% en el último año y del 20% en tan sólo siete días).
Variaciones parecidas se perciben en el trigo que se produce en la región andaluza. Así, este cereal se apunta aumentos de hasta el 27% en agosto respecto al mismo mes del año anterior, con subidas en términos absolutos que rondan en muchos casos (y dependiendo de la zona donde se halle el cultivo) los 40 euros por tonelada. Las alzas más importantes en tasa interanual se sitúan en Sevilla, Granada, Cádiz y Jaén. En lo que a la semana se refiere, sube un 43% el trigo duro en Alhama y hasta el 31% el blando, lo que supone alzas de 60 y 40 euros, respectivamente.
En el caso del maíz, las subidas llegan hasta el 30% en tasa interanual (45 euros en valores absolutos) en el caso de la provincia sevillana, mientras que en otras productoras de Andalucía, como Cádiz, el ascenso es menor, con un aumento del 5%.
Las organizaciones agrarias vienen advirtiendo en las últimas semanas de los vaivenes que se registran en el mercado de los cereales. "Los fuertes altibajos de precios que en los últimos años vive el sector son fruto de circunstancias coyunturales, movimientos especulativos y la intervención en el mercado de agentes externos", denuncia la patronal agraria Asaja, que defiende la necesidad de medidas estructurales de política agraria común que aporten estabilidad al mercado.
"Desde la aparición de la llamada burbuja alimentaria en 2007, que continuó en 2008, se ha demostrado la gran volatilidad de los mercados alimentarios, con efecto multiplicado por la globalización, demostrando que una decisión política, una catástrofe climática o una mera opción especulativa en un lugar del mundo puede tener repercusiones en todo el Planeta, afectando gravemente a la seguridad alimentaria", añade la organización.
En cualquier caso, el abastecimiento no está en peligro, al menos eso se viene advirtiendo en los últimos días desde Bruselas. Así, la UE, que produce entre 280 y 300 millones de toneladas anuales, importa anualmente de Rusia en torno a un millón de toneladas, por lo que el impacto de la decisión de Moscú "sería mínimo en el mercado europeo", dijo el portavoz comunitario Frédéric Vincent. Además, las cosechas europeas de 2008 y 2009 fueron "particularmente buenas", por lo que hay existencias almacenadas para afrontar un hipotético descenso de la oferta.
Precisamente esta semana se han conocido los datos de campaña en Rusia. De este modo, ha recogido hasta ahora 40,7 millones de toneladas de cereales, un 30% menos que en el mismo periodo de 2009, debido a la grave sequía que asoló este país en junio, julio y la primera mitad de agosto.
Según datos del ministerio de Agricultura, el año pasado la cosecha de cereales a estas alturas ascendía a 58,5 toneladas, informó la agencia Interfax.
La situación es especialmente grave en el centro de la parte europea de Rusia, donde se han recogido 9,4 toneladas de grano, frente a las 17,9 del pasado año.
El viceministro de Agricultura, Alexandr Pétrikov, aseguró que la cosecha será este año de unos 60 millones de toneladas, según las previsiones más pesimistas.
