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El precio justo de los hijos

¿Qué es Justicia me preguntas mientras clavas sobre mí tu pupila azul? ¿Qué es Justicia, me preguntas...? Pues mire, eso depende, pues en el caso de la fijación de la cuantía de una pensión alimenticia a favor de un hijo...

el 15 sep 2009 / 18:55 h.

¿Qué es Justicia me preguntas mientras clavas sobre mí tu pupila azul? ¿Qué es Justicia, me preguntas...? Pues mire, eso depende, pues en el caso de la fijación de la cuantía de una pensión alimenticia a favor de un hijo, la ley establece una mera abstracción, un concepto jurídico indeterminado basado en criterios de proporcionalidad. Respuesta lacónica que es común en muchos despachos de abogados de familia ante la trascendente pregunta de muchos padres y madres en trance de poner término a una fracasada relación de pareja, y a los que interesa saber, con precisión matemática, a cuánto va a ascender la pensión que piensan les corresponde percibir como progenitor custodio o les corresponde abonar como progenitor no custodio. La cuestión principal, en la que, al menos al principio -cuando las emociones desbordan el raciocinio- piensan va a radicar el triunfo o la derrota del conflicto familiar, muchas veces se encierra en el contenido que esperan de esa respuesta que no reciben, pues el comentario erudito del letrado se les antoja como un galimatías, un misterio inescrutable, consecuencia de una ciencia jurídica que escapa a su entendimiento.

Mas lo cierto es que en esa adivinanza de tinte económico, aderezada con la de atribución del uso de la vivienda familiar y la del pago de la hipoteca se sustenta la madre del cordero de esos conflictos que degeneran en tragedias a las que nadie es capaz de poner el telón. Pero centrando el tema en la reciente polémica suscitada por la cuantificación de las pensiones alimenticias, el problema es que esa dependencia, ese riesgo que apunta el abogado, resulta una verdad como un templo, puesto que ello depende de la calidad, buen hacer o mala leche del profesional, de su capacidad de hacer ver u ocultar recursos y medios con los que cuenta el progenitor alimentante, de su aptitud para resaltar o negar las necesidades del hijo alimentista y, en último término, del criterio subjetivo del juez que la establezca. De ahí que por razones de cierta seguridad se utilicen por algunos juzgados unas tablas orientadoras para el cómputo de pensiones. Ciertamente, el resultado siempre será polémico pues la pensión fijada siempre le parecerá elevada al que la tenga que abonar y escasa para el que la deba aplicar a las necesidades del hijo y, ya sean ricos o pobres y en proporción al esfuerzo y sacrificio que calculen, les supondrá el pago o la administración de lo percibido.

De ahí que ya sea hora de inculcar a la sociedad que la mejor manera de poner término a tanta zozobra, a tanto sufrimiento y a ese sentimiento de ganar a toda costa -lo que repercute en victorias pírricas donde todos salen perdiendo- es solucionado el conflicto a través del recurso alternativo de la Mediación Familiar, gestionando los mismos interesados sus diferencias con el asesoramiento de un profesional que reoriente sus bilis por los cauces de la paz y la cultura del acuerdo, porque, en el fondo, ellos mismos, padres y madres, son los que mejor saben lo que tienen y necesitan sus hijos.

De ese modo, la pregunta y la respuesta del abogado becqueriano quedaría reformulada y concluida: ¿Qué es Justicia me preguntas mientras clavas sobre mí tu pupila azul, qué es Justicia me preguntas? Justicia eres tú.

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