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"El pregón de los enganches lo he ido haciendo a golpe de AVE"

Martín Rubio pregona la exhibición ecuestre de la Maestranza.

el 15 abr 2010 / 19:38 h.

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El pregonero junto a uno de los vehículos que se exponen en el Museo de Carruajes.

Su voz ha sido la antesala al gran pórtico de la Feria de Abril que es la exhibición de enganches de la Real Maestranza. A pocas horas de que llegue el momento, Luis Miguel Martín Rubio se mostró como un hombre sereno y expectante ante la llegada "de la mañana en la que renace la gran feria del Arenal, donde contemplar un espectáculo que no es más que un museo por las calles de Sevilla".

El suyo es un pregón "hecho a mano y a golpe de AVE", al que como a los carruajes que se exhibirán el domingo "aún le falta darle las últimas notas de color". Un texto artesanal que recuerda a tantas personas que trabajan a diario para que el espectáculo de luz y color de la Maestranza luzca en todo su esplendor.

"El paseo de caballos hace única a la Feria y existe por el carpintero, el ebanista, el mayoral, todos lo que han conservado este apasionante mundo que hace que reluzca el metal, que el charol sea maravilloso y que la pintura se convierta en un espejo". Y es que a pesar de reconocerse como "un hombre de asfalto", Martín Rubio espera que sus palabras se conviertan en "un paseo por mi propia existencia y por el cariño a las tradiciones recuperadas".

Cuando hace dos meses conoció su nombramiento como pregonero del Real Club de Enganches comenzó a bucear en un mundo "donde cada vez hay más sensibilidad" pero, ciertamente, algo desconocido para él. "Pido disculpas de antemano por mi osadía a la hora de aceptar este envite", pues es consciente de que han sido grandes nombres los que le han antecedido en el cargo. Personajes ilustres como Ángel Peralta, "que lo empezó", o Manuel Ramírez Fernández de Córdoba, "al cual le tengo un gran cariño por ser mi padrino en estas lides".

Su viaje lo llevará desde el albero de la Maestranza al que inunda las calles del Real. Allí espera disfrutar del paseo de caballos, una de sus pasiones. "En la Feria se ven verdaderas maravillas y es de agradecer a todos los que ponen su patrimonio para que Sevilla lo contemple". De su etapa municipal, y como buen sevillano que es, Martín Rubio no es esquivo a la realidad por la que pasa la Feria y los nuevos retos a los que debe enfrentarse. "En los últimos años hemos presenciado un masificación del paseo de caballos", recuerda, "el Ayuntamiento dio un giro distribuyendo en la semana esa cantidad de coches. No es el sistema perfecto, pero es el menos malo para que la Feria no se colapse".

A su entender, una de las soluciones podría pasar por trasladar la Feria a otro enclave pero, advierte, "sería para que ganara evidentemente en espacio pero también en comodidad. La Feria debe ser accesible pues está hecha por los sevillanos como un escaparate maravilloso para los que vienen de otros lugares".

Y como amante de la tradición, Martín Rubio se considera feriante pero de los que la disfrutan durante el día. "Mi Feria es profesional, de amigos y de familia, porque hay que transmitírsela a los hijos, que son los herederos de estas costumbres que no deben perderse". Cuando el pregón termine, la tranquilidad apaciguará su sangre verde y blanca. Quedará el recuerdo de estos meses en los que miró este universo "con los ojos de una persona que se ha rozado un poco más con Sevilla, y al final el roce hace el cariño, por lo que saldré al albero de la Maestranza acariciándolo y queriéndolo un poquito más".

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