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El pregonero y los rojos seguntinos

Cano-Romero asegura que su pregón de la Semana Santa será el de «un hombre de fe»

el 14 feb 2011 / 21:21 h.

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El pregonero posa junto a las autoridades.

La prensa gráfica había cumplido su cometido con las lógicas estrecheces. El pregonero ya había sido inmortalizado junto a las autoridades -alcalde, arzobispo, presidente del Consejo, delegada de Fiestas Mayores...- en el despacho donde atesora todos sus recuerdos de la carrera y de su dilatada trayectoria cofrade. Luego, por deseo expreso del pregonero, llegaría la foto de la familia al completo con el arzobispo Asenjo. Acabada la pose, el pregonero Fernando Cano-Romero acercó al arzobispo hasta un escritorio donde reposaba una pequeña foto en blanco y negro del claretiano José María Ruiz Cano, declarado beato por el Papa el pasado mes de julio. "Era mi primo y fue martirizado por los rojos en Sigüenza", patria chica de Asenjo. Alguien desde el coro familiar le afea la terminología empleada. Cano-Romero pone cara de circunstancias, pero enseguida replica: "Si no queréis que diga los rojos, pues nada, que le cayó un piedra en la cabeza".

Fue la anécdota que dejó el pregonero de la Semana Santa la noche que recibió en su domicilio particular, sito en la feligresía de la Magdalena, la ya tradicional visita del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y del arzobispo hispalense. A falta de 53 días para la cita y de "casi un mes" para que la pieza literaria entre en imprenta, el pregón de la Semana Santa de Sevilla "va muy adelantado, pero no está terminado, con muchas cosas deshilvanadas que ahora hay que ir entroncando", refirió el protagonista. En el texto del pregón no aparecerán términos como aborto, eutanasia o drogadicción. Eso sí, todos estos "conceptos" estarán muy presentes en la disertación que el próximo 10 de abril pronunciará este jerezano de 73 años en el Teatro de la Maestranza. "Voy a defender la vida, como cualquier católico, desde el momento de su concepción hasta el de la muerte natural, pero ni va a estar la palabra aborto ni va a estar la palabra eutanasia. Hablaré también de la más dolorosa plaga que sufre la juventud, pero no pronunciaré la palabra droga o drogadicto".


El suyo, subrayó anoche Cano-Romero, será "el pregón de un hombre de fe y de convicciones religiosas muy profundas que vive su vinculación a la Iglesia a través de las cofradías". No obstante, dejó claro que el pregón debe ser ante todo el anuncio de la Semana Santa de Sevilla. "Si el pregón no anuncia lo que va a pasar después, entonces no cumpliría con una de sus misiones".


Consciente de que el pregón que le ha tocado en suerte se pronunciará "en un contexto social, político, religioso y económico muy distinto al de hace 15 o 20 años", Cano-Romero señaló que su palabra "tendrá que hacerse eco del mensaje que la Iglesia está queriendo transmitir a los católicos cofrades".


Entre bocados de langostinos sanluqueños y ajo de Jerez, el pregonero de la Semana Santa también desveló que en su pregón no aparecerá ni un solo nombre propio, "aunque ese día estoy convencido de que habrá gente que va a pegar un salto en el sillón, porque nadie más que ellos van a saber que me estoy refiriendo a ellos".


Sí que habrá una mención expresa en su discurso a todas y cada una de las hermandades que componen la nómina de la Semana Santa, incluyendo un guiño a la nueva hermandad de Pasión y Muerte al referirse a las vísperas. Aunque a la hora de redactar su pregón ha tratado de "evitar el agravio comparativo", el pregonero no ha podido sustraerse a sus más íntimas devociones, el Cristo de la Buena Muerte de Los Estudiantes y la Virgen de la Esperanza Macarena, que ocuparán un sitio de honor en su disertación. Aseguró Cano-Romero que su intención no será buscar el aplauso, por lo que espera no tener demasiadas interrupciones a lo largo de su declamación, cuya duración "ideal", la situó el pregonero, "entre la hora y veinte minutos y hora y media máxime".

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