Cultura

“El premio que recibí junto a mi padre ha sido el más importante"

El célebre músico cubano Chucho Valdés sube hoy a las 20.30 horas al escenario del Teatro de la Maestranza para ofrecer un concierto con visos de ser histórico.

el 14 nov 2013 / 23:30 h.

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Por MB Romero

Chucho Valdés Chucho Valdés

El pianista, cantante y compositor cubano Chucho Valdés,  acompañado por los Afro-Cuban Messengers, subirá hoy a las 20.30 horas  al Teatro de la Maestranza para presentar las  canciones de su último disco, Border-Free, publicado el pasado mes  de julio por el sello Jazz Village. En las ocho composiciones en este  álbum, todas excepto una escritas por Valdés, las líneas que marcan  los límites entre estilos y tradiciones se desdibujan y desaparecen.

Así, en estos temas hay alusiones al flamenco y la música de los  Gnawa de Marruecos, pero también a la música ritual de los Orishas,  las divinidades de la religión Afro-Cubana conocida como Santería.  Hay menciones de hard-bop y danzón, pero también ecos de Bach,  Rachmaninoff y Miles Davis. Y sin embargo, la suma total es un sonido  profundamente personal y sin restricciones. Es el sonido de Chucho  Valdés.

–¿Cómo recuerda la primera vez que sus manos acariciaron un piano? –A los tres años fue cuando toqué el piano por primera vez, pero no fue hasta los cinco años cuando recuerdo a mi padre enseñándome algunos temas.

–Cuénteme sobre aquel primer tramo de su vida y hasta que su padre abandonó Cuba en 1960. –Estudiando en la Escuela de Música, en el Conservatorio. También iba con mi padre a los ensayos. A los 15 años empecé a trabajar con él como pianista en su orquesta y a los 19 mi padre marchó a México.

–Acabó mezclando clásicos, jazz, rock y situados todavía en los 70’, es inevitable preguntarle por Thelonious Monk… –Fue una fuente de inspiración para mí. Y hemos utilizado nuevos elementos suyos en nuestra  música.

–La década de los 70 fue brillante con su obra Misa Negra en Polonia, también Contradanza, el primer Grammy, además de conocer a  Dave Brubeck ¿cómo fue aquello? –Dave Brubeck fue quién me descubrió como pianista para el mundo, en el Festival de Varsovia. Escuchó la Misa Negra y se dio cuenta de lo que yo estaba tratando de hacer y me dijo: “never stop”. En esa época Dizzy Gillespie, Stant Getz y algunos otros famosos músicos, escucharon Irakere y les maravilló y nos recomendaron a Columbia Records donde Bruce Lundvall era el Presidente de la compañía y nos contrató. Hicimos nuestra primera visita a EE.UU. Grabamos un primer disco y fue un Grammy. De esta manera acaba la década de los 70.

–La versión que hizo de la obra The Duke, originalmente escrita por Brubeck y dedicada a Duke Ellington, me parece algo de lo más significativo entre sus trabajos, aunque me gustaría saber cuál es el más importante para usted., incluidos los temas de Border-Free. –Para mí la Misa Negra fue la más importante de la época de los 70. De los 80, Chaka-Zulu, The Duke, Las Margaritas y otros más. En los 90, fue toda la música que grabé con mi cuarteto y ahora la más importante es Border-Free que le dediqué a mi padre.

–También es inevitable resaltar su trabajo solidario porque fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de la FAO. En 2007 Un actuó junto con su grupo musical, en uno de sus conciertos más aclamados, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, también en Cuba, repitiendo igualmente en el 2008. Les sucedieron otros y entre todos ¿cuál recuerda de forma especial? –Todos fueron muy especiales, por el objetivo de los conciertos.

–Ha recibido las medallas por la Cultura Nacional, entre otras altas distinciones, así como los grados de Doctor Honoris Causa y hasta compartió con su padre la otorgada por el prestigioso Berkleey College of Music de Boston... ¿pero cuál ha sido el galardón más importante? –Todos han tenido mucha importancia, en especial, el que gané con mi papá, puesto que este premio en conjunto es el resultado de él conmigo. Es un doble premio, hacia mi padre por la formación musical que me dio y en mi caso, por haber aprovechado la lección.

Sobre el escenario del Maestranza, Chucho Valdés, que participa  hoy dentro del ciclo Grandes intérpretes, estará acompañado por Gastón  Joya, contrabajo; Rodney Barreto, batería; Yaroldy Abreu Robles,  percusión; Dreiser Durruthy Bombalé, batá y voz; Reinaldo Melián  Alvarez, trompeta; y Mayra Caridad Valdés, voz.

El palmarés de Chucho Valdés es apabullante:ha sido reconocido  con ocho Grammy; ha fundado grupos como los Irakere o los Afro-Cuban  Messengers y ha compartido escenario con los más grandes, desde  Herbie Hancock hasta Carlos Santana o Wynton Marsalis, conquistando  el favor del público tanto en la intimidad de las formaciones de  pequeño formato como imponiéndose ante una audiencia de 12.000  personas en Ciudad de Panamá. La contribución de Valdes a la modernización de la música cubana ha  sido aclamada con unanimidad por la crítica internacional.

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