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El presidente de Extremadura aboga por la reforma de la Constitución

El presidente de Extremadura está convencido de que es "el tiempo de las autonomías". Una vez que todas tienen las mismas competencias y que la descentralización ha sido un potente motor de desarrollo, apostó ayer por definir con claridad cuáles son los elementos que "cohesionan" al Estado y articular nuevos canalas de relación. Foto: Javier Díaz.

el 15 sep 2009 / 21:55 h.

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I. Morillo / I. Carretero

El presidente de Extremadura está convencido de que es "el tiempo de las autonomías". Una vez que todas tienen las mismas competencias y que la descentralización ha sido un potente motor de desarrollo, apostó ayer por definir con claridad cuáles son los elementos que "cohesionan" al Estado y articular nuevos canalas de relación. Pidió para ello una reforma constitucional.

La hija extremeña de un amigo de Fernández Vara tuvo más dificultades para conseguir médico de cabecera en Salamanca que su compañera italiana. Ese ejemplo, y otros muchos del día a día del funcionamiento del sistema autonómico, le sirvieron ayer al presidente de la Junta de Extremadura para hablar de la necesidad de dar un paso más en el encaje de todas las piezas del complejo Estado español. Porque una vez que todas las comunidades tienen atribuidas las mismas competencias, el presidente de la Junta de Extremadura tiene una convicción: "La España autonómica no estará terminada hasta que no nos pongamos de acuerdo".

En una almuerzo-coloquio organizado por El Correo de Andalucía con el patrocinio de Cajasol y en el que hubo una nutrida representación de miembros de los gobiernos andaluz y extremeño, Fernández Vara apostó por reforzar la cooperación como principal instrumento. "España no puede ser una unión temporal de empresas ni una agrupación de interés económico. Siempre han de exisitir una serie de elementos de cohesión en este país". Tal planteamiento supondría un paso más en la concepción del modelo autonómico, una interlocución que, por ejemplo, no haga al Estado mediador de las relaciones entre autonomías. "Tenemos que tener un foro de presidentes sin el presidente porque, como esté allí, tiene él la culpa de todo".

Desdramatizando el "miedo" a una reforma de la Constitución- "la gente de nuestra generación la veneramos en exceso, le tenemos excesivo culto", dijo-, el jefe del Ejecutivo extremeño sostuvo que hay cuestiones que no se resolverán si no se toca la Carta Magna. "Y si al final no se puede -añadió- pongámonos de acuerdo". Pese a las múltiples referencias al diálogo, también quiso revestir de naturalidad el recurso que enfrenta a Extremadura con Andalucía por la cuenca del Guadalquivir: "No tiene por qué entenderse como algo desproporcionado que sea el Constitucional el que haga las interpretaciones correctamente".

Sus reflexiones sobre el entramado institucional de España se produjeron al hilo de un asunto muy pegado a los problemas diarios de los ciudadanos: la crisis económica. Médico forense de profesión, Fernández Vara hilvanó su intervención como una disección de los males que aquejan a la economía.

Tuvo claro el origen del mal: "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". Tras esta suerte de "intoxicación con arsénico, que se percibe poco a poco" que ha sufrido la economía, la receta pasa por una respuesta concertada. Por el "diálogo" para conocer todos los síntomas -por eso instó a las entidades financieras a decir "sin tapujos" qué dificultades tienen para liberar el crédito y apostó por las fusiones de cajas de ahorros porque "un escenario de 46 cajas es insostenible"- y por la responsabilidad como mejor brújula de la acción pública. "La gente nos juzgará por el tratamiento y no por buscar al responsable", sostuvo.

No ocultó que el desgaste político llegará a los gobernantes autonómicos. Recurrió a un simple razonamiento para argumentarlo: "Si antes he presumido del crecimiento económico, también tendré que ser responsable de la situación negativa". Pero ya que son las comunidades las grandes prestadoras de servicios en el Estado, su gran antídoto para evitar que "la enfermedad se agrave" es reforzar los servicios públicos.

Y pese a subrayar con firmeza que no se pueden generar "falsas expectativas que producen ansiedad" en la gente, enumeró los activos de su comunidad autónoma y de España para mostrarse optimista. Porque, a su juicio, los catostrofistas augurios del presidente de la Cámara de Comercio de Castellón son "una estupidez".

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