El presidente de Mauritania, Mohamed Ould Abdel Aziz, ha resultado herido leve después de que una patrulla militar disparara accidentalmente contra el convoy en el que viajaba, según ha informado este sábado el Gobierno del país africano.
"En su camino de vuelta a Nuakchot, el convoy presidencial ha sido disparado por una patrulla militar que no ha reconocido el convoy. El presidente ha recibido un disparo, pero no es grave y su vida no está en peligro", ha dicho el ministro de Comunicación, Hamdi Ould Mahjoub, en la televisión nacional.
La cadena emiratí Al Arabiya ha detallado que Abdel Aziz ha recibido un disparo en el cuello cuando regresaba a la capital mauritana, Nuakchot, después de pasar unos días de vacaciones en una granja que posee en el norte del país.
De acuerdo con Al Arabiya, el presidente se ha sometido a una intervención quirúrgica para extraer la bala. En cambio, las fuentes oficiales consultadas por la agencia de noticias Reuters han hablado de "tratamiento médico".
Los dos medios de comunicación coinciden en que en estos momentos Abdel Aziz se encuentra ingresado en un hospital militar de Nuakchot, que las fuerzas de seguridad han rodeado, bloqueando todas las carreteras que conducen al mismo.
Según la agencia de noticias británica, a pesar del accidente, la capital mauritana aparenta normalidad, ya que no se ha reforzado la seguridad ni en el Palacio Presidencial ni en los edificios oficiales.
El accidente de Abdel Aziz ha desatado los rumores en los medios de comunicación mauritanos, que en un principio han atribuido el ataque contra el presidente a los grupos islamistas que operan en el país africano.
Abdel Aziz llegó al poder en 2008 mediante un golpe de Estado y un año después fue ratificado en el cargo. A pesar de su forma de acceder a la Presidencia, se ha convertido en un aliado fundamental para los países occidentales en la lucha contra el terrorismo islámico, especialmente contra Al Qaeda.
Mauritania ha lanzado numerosos operativos de seguridad contra los grupos 'yihadistas' asentados en Malí, antes de que los islamistas radicales se hicieran con el control del norte del país aprovechando el caos generado por el golpe de Estado del pasado mes de marzo.
Aunque Mauritania ha disfrutado de varios años de estabilidad política, en los últimos tiempos ha habido numerosas manifestaciones contra el Gobierno por su mala gestión de las crisis alimentarias y su débil lucha contra la corrupción.
