El presidente estudia primaria

Los estudiantes de Ciudadanía formarán patrullas para salir en busca de sus compañeros absentistas

el 25 ene 2014 / 23:30 h.

Los alumnos que salgan en patrullas a rescatar absentistas llevarán petos identificativos. Los alumnos que salgan en patrullas a rescatar absentistas llevarán petos identificativos. En un aula de 5º de Primaria de un colegio desgastado de un barrio maltratado de Almería, se sientan el presidente del Gobierno y el ministro de Educación. Los dos tienen diez años, son vecinos de La Chanca y están buscando una solución para el absentismo escolar de la escuela, de entre el 30 y el 40%. El líder del país, Manuel, viste una chaqueta que le queda grande y acaba de tener una idea extraordinaria: “Yo traigo a mi hermano pequeño al colegio cada día, ¿por qué no hacemos grupos y, por las mañanas temprano, vamos a la casa de los amigos que suelen faltar a clase y les traemos con nosotros?”. Estamos en una clase de Educación para la Ciudadanía, una asignatura que ya no existirá dentro de unos meses, pero de momento la profesora, Aurora Bolívar, graba la escena con una cámara, y ante la propuesta del pequeño presidente se queda boquiabierta. Aquel chico, con una madre que entró presa en El Acebuche por vender cocaína y que murió siendo él pequeño, y una abuela con las dos piernas amputadas con la que está viviendo, acaba de inventarse el proyecto más imaginativo y valiente contra el absentismo que recuerda: los alumnos de 10 y 11 años del colegio La Chanca formarán patrullas a partir de marzo y, acompañados de un adulto, visitarán las casas de sus amigos a primera hora de la mañana, antes de las 9.00 horas que es cuando empieza el cole, les despertarán y convencerán para que vengan con ellos a la escuela. “Hay familias con varios trabajos para subsistir que se acuestan tarde y no pueden llevar a sus hijos al colegio. En otras simplemente no existe el valor de la importancia de la educación”, dice Bolívar. Para que les reconozcan en el barrio, los alumnos que integren las patrullas irán uniformados con petos de colores llamativos. Todo esto lo hará funcionar la maestra coordinadora del proyecto, junto a una profesora de Educación Social de la Universidad de Almería, Lola Rodríguez, que implicará a sus estudiantes de Graduado Social, y más tarde se sumarán diez maestros del centro, incluido el equipo directivo. Y al difundirse la noticia, esta semana, a partir de una conferencia que dieron los mismos niños en la facultad, el proyecto saldrá en televisión, en radio y en prensa, y enseguida otros colegios de Almería y de provincias como Sevilla y Málaga llamarán a La Chanca para interesarse y copiar el modelo. Antes de eso, la Consejería de Educación ya había enviado a un inspector para conocer de cerca el proyecto y empezar a promocionarlo a través de su página web. Pero recuerden: todo esto ha nacido en la cabeza de un jefe de Estado con 10 años de edad. El colegio de Infantil y Primaria de La Chanca, uno de los barrios más deprimidos de Almería, lleva años peleándose con una de las tasas más altas de absentismo de la provincia. Es un síntoma común en zonas muy castigadas, donde abunda la marginación, el paro, las drogas y la delincuencia, donde residen familias desestructuradas, y padres que no despiertan a sus hijos cada mañana para llevarles a la escuela. Allí, a veces, el único incentivo para llevar a un hijo al colegio es que de su asistencia diaria a clase depende que el padre o la madre sigan cobrando el salario social. Y también que el absentismo, aparte de ser uno de los problemas endémicos del sistema en estos barrios, es un delito por incumplir obligaciones familiares que puede suponer la retirada de la custodia del niño, o incluso la cárcel para los padres. La maestra de Ciudadanía utiliza su clase para que los alumnos piensen soluciones para los problemas del barrio que, en realidad, son los temas sociales que recopila el libro de texto: igualdad de niños y niñas, delincuencia, drogas, derechos sociales, racismo, inmigración, absentismo... Una de sus fórmulas consiste en teatralizar la asignatura, disfrazar a los chavales de presidentes, diputados, alcaldes o ministros, y a otros darles el rol de vecinos normales de La Chanca, como sus padres o sus abuelos. Luego se abre un diálogo en el que unos y otros comparten problemas y soluciones. Y así ha surgido la idea de las patrullas contra el absentismo, una medida que además de concienciar sobre el abandono escolar fomenta el “cooperativismo infantil y la implicación social”. “Una estudiante, Estefanía, preguntó qué podíamos hacer para recuperar alumnos, y a otro, Manuel, se le ocurrió salir a buscarles”, dice Bolívar. El proyecto luego se llenó de pedagogía y argumentos profesionales para acabar registrado en el Plan Escuela Espacio de Paz, que regula la consejería. La Chanca es un colegio con 250 alumnos y dos líneas incompletas, lo cual es algo extrañísimo. Es una escuela de educación compensatoria, es decir, está ubicada en un barrio deprimido donde la Administración, en teoría, dedica más esfuerzos y personal que otras zonas. Pero aquí hay una línea de Infantil completa y una incompleta de Primaria (sólo un primer curso y un quinto). En el primero hay 28 alumnos, por encima de la ratio mínima y muy por encima de la ratio recomendada para este tipo de escuelas. “Esto es una barbaridad, inconcebible hasta para un colegio normal. Educación nos quita unidades y maestros. Pero nosotros tenemos comedor gratis, muchas familias del barrio no tienen que darle de comer a sus hijos y piden escolarizarlos aquí para que puedan comer. Y no podemos negarnos”, resume la directora del centro, Inmaculada Martínez Yélamos.

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